Es siempre grato pensar en los cuidados que el Buen Pastor tiene para con sus ovejas. Don Fernando D’ Alfonso -conocido como el pastor vasco pues años antes había emigrado a los Estados Unidos desde España, su país de origen- compartió algunos interesantes detalles. Era como una biblioteca cuando se trataba de ovejas, pues en España había trabajado como pastor profesional por muchos años. Un hermano llamado Santiago Wallace le entrevistó, y esta es parte de su relato.
“En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.” Salmo 23:2.

El Salmo 23 era su favorito. Decía que “la repetición de este salmo llena al pastor de reverencia por su vocación”. Comentando ell verso que dice “en lugares de delicados pastos me hará descansar”, don Fernando explicó: “La oveja pace desde más o menos las tres y media de la mañana hasta cerca de las diez. Luego se echa por tres o cuatro horas. El pastor comienza alimentándole con las hierbas más toscas, para después llevarlas después por pastos más tiernos y abundantes. Al final, después del medio día, les lleva a un lugar de sombra donde se halla el pasto más tierno y el mejor pastoreo de la jornada. La oveja se siente muy contenta descansando en tan agradables lugares”.

Cuando David el salmista escribió el salmo, conocía bien su profesión, pero su aprecio por lo que pasaba con las ovejas le hacía verse a sí mismo como una oveja siendo cuidada por el Buen Pastor. “Jehová es MI pastor” dice. ç(Salmo 23:1). Todo creyente en Cristo disfruta enormemente del pensamiento del salmo pues hemos experimentado los agradables cuidados del pastor sobre nosotros. Don Fernando continuó hablando y habló de texto que dice: “Junto a aguas de reposo me pastoreará” (v. 2). “Cada pastor sabe que las ovejas no pueden beber aguas correntosas. En algunas partes hay muchas vertientes pequeñas, cuyas aguas bajan por las laderas hasta los valles, sólo para evaporarse al sol candente del día. Aun cuando la oveja necesita el agua, evita beberla de los rápidos. El pastor debe encontrar un lugar donde las rocas o la erosión hayan hecho un pequeño pozo o remanso. Si no lo haya, con sus propias manos él mismo forma un hoyo suficientemente grande para estancar o detener el agua a fin de que las ovejas beban. Este hoyo debe contener al menos un balde de agua”.

Es el cariño que el pastor tiene para con su ovejas lo que le lleva a preocuparse de ellas. Así también Dios nos ama y se preocupa de nuestras necesidades. Nos ve como ovejas y muchos hemos conocido los cuidados de nuestro Buen Pastor. El cariño demostrado por el pastor es una figura del amor que Dios demuestra hacia sus criaturas. La oveja es un animal tonto, pues salta y corre por donde sus ocurrencias la lleven, y por esto se pierde. La Biblia ocupa esta tipología y por ejemplo Isaías el profeta dice: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). Unos se apartan de Dios por orgullo, otros por la altivez, otros por desobediencia abierta y otros por el vicio. Pero sea cual fuere la causa, el hecho cierto es que Dios está dispuesto a buscarnos y a perdonarnos pues Cristo Jesús cargó con nuestros pecados. El sufrió el castigo justo para que pudiéramos ser perdonados. Los que se vuelven a Dios, encuentran en Él cuidado, amor, protección, y todo lo necesario para vivir en este mundo. ¿Conoces al Buen Pastor? Ven a Él hoy para recibir la salvación de tu alma. –Adaptado/daj

Lectura Diaria:
2 Reyes 14:23-15:30 [leer]
/Jeremias 50:1-20 [leer]
/Tito 1-2:8 [leer]