El libro de Daniel nos introduce a cuatro jovenes que se destacan por su fidelidad a Dios en un ambiente totalmente pagano. Veamos acerca de su historia.
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” Deuteronomio 6:5
Si estuvieran en el mundo hoy, los hallaríamos en el país de Irak. De edad, serían similares a los que recién salen de cuarto medio. Por su inteligencia tendrían acceso a las carreras más apetecidas, en cualquier Universidad. La gran ventaja de estos cuatro jóvenes es que se habían criado en hogares donde recibieron enseñanza acerca del Dios vivo y verdadero. Pero fueron tomados cautivos por los Caldeos cuando el ejército invadió la tierra de Judá y ahora se encuentran lejos de sus casas. La crianza sana en su hogar les preparó bien a los cuatro para poder enfrentar al mundo pagano en donde ahora tienen que vivir. Todo a su alrededor conduce a dar culto a los dioses paganos pero ellos habìan aprendido que “Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás” (Lucas 4:8).
Cuando una persona recibe instrucción basada en la Palabra de Dios, y se somete a ella, le da una excelente formación moral y espiritual. Pedro el apóstol destacó esto cuando escribió “Sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuistéis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártase del mal, y haga el bien; Busque la paz y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal (1 Pedro 3:8-12). Cuando nos dejamos guiar por la instrucción de la Palabra de Dios, y nos sometemos a ella, produce cambios en nuestra manera de ser. La enseñanza recibida por los jóvenes antes de ser llevados cuativos produjo una excelencia de carácter en ellos. Fueron bien preparados para enfrentar cualquiera tentación. Tuvieron cualidades personales que la fe en Dios produce en los obedientes.
¿En cuántos hogares hoy día se lee en familia las Sagradas Escrituras? ¿Cuántos jóvenes esuchan el consejo de Deuteronomio 6:5 “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas”? ¿Cuántos padres están cumpliendo con las instrucción del verso 6 del mismo capítulo, “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón”? ¿En cuántos hogares se hallan padres que cumplen con el versículo 7, “y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”? La exhortación del verso 12 es válida para todos, “Cuídate de no olvidarte de Jehová” y el 13, “A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás”. Padres y madres, es el momento de pasar revista a la vida suya con su familia. El éxito de los cuatro jóvenes lejos de su hogar queda estampado en las Escrituras como un ejemplo digno de seguir. Su caso debe ser un desafío para emular por los padres que tienen adolescentes dentro de sus cuatro paredes. ¿Cómo anda la casa suya? —daj
Lectura Diaria: | ||
1 Cronicas 3:1-4:23 [leer]
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/Ezequiel 5-6 [leer]
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/Juan 1:1-18 [leer]
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