¿Ha deseado que Dios le acompañe en ciertos momentos de su vida? Creo que todos lo hemos querido. De esto se trata la meditación sobre los suspiros del corazón de David.
“Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de su diestra.” Salmo 20:6
Dentro de los primeros cinco versículos del Salmo 20, hay nueve suspiros del corazón de David el salmista. Tenían por objeto animar al pueblo que le acompañaba para que confiara en Jehová. Es posible que fuera escrito durante el período cuando salían a pelear (vea 2 Samuel capítulos 8-10). Hubo una serie de derrotas que David ocasionó a los filisteos, a los moabitas y a varios reyes. Cuando los sirios de Damasco vinieron para ayudar a Hadad-ezer, “David hirió de los sirios a veintidós mil hombres” (2 Samuel 8:5). Otros reyes se espantaron frente a las victorias sucesivas de David y buscaron una solución pacifica. Con cada victoria David se apoderaba de “utensilios de plata, de oro y de bronce; los cuales el rey David dedicó a Jehová” (2 Samuel 8:10). “Así ganó David fama” (v.13). Se resumen las hazañas en una frase, “Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue” (2 Samuel 8:14).
En la serie de peticiones que David hace, hay un reconocimiento que la fuente de toda bendición es Dios. “Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda” (Salmo 20:1). Estas dos peticiones cubría tanto la etapa del ataque como cuando se replegaban para defenderse. Las tercera y cuarta peticiones expresan total dependencia del trono de Dios: “Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde Sion te sostenga” (v.2). Es siempre saludable recordar que Dios tiene recursos más que suficientes para satisfacer la necesidad de su pueblo.
Era la costumbre ofrecer ofrendas a Jehová antes de ir a pelear (vea 1 Samuel 7:9-10; 13:9-12). Las peticiones cinco y seis tienen que ver con las ofrendas de harina y también de los animales. “Y acepte tu holocausto” (v.3), quiere decir que se espera que Dios respondiera con fuego reduciendo la ofrenda a cenizas, pues esta sería una señal de aceptación delante de Jehová. Dios se deleita en escuchar nuestras peticiones. Cuando son el producto de un ejercicio espiritual que sólo busca la gloria de Dios, se puede pedir que Dios “te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo tu consejo” (v.4), y “Conceda Jehová todas tus peticiones” (v.5). Al ver la respuesta divina a los suspiros de nuestro corazón, tendremos gozo y “Nosotros nos alegraremos en tu salvación, y alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios” (v.5). Es el deseo de todos los siervos de Dios que todas las peticiones sean contestadas.
“Salva, Jehová; Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos” (v.9) –daj
Lectura Diaria: | ||
1 Cronicas 24-25 [leer]
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/Ezequiel 22 [leer]
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/Juan 8:12-30 [leer]
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