Vestirse es un acto normal de los seres humanos. Andar con ropa adecuada contribuye y mantiene los valores de la sociedad. De igual importancia es vestirse de las virtudes cristianas para que Dios sea glorificado. Lea la exhortación dada a los Colosenses.
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” Colosenses 3:16
Pablo el apóstol usó la práctica diaria que cada uno tiene de vestirse a fin de exhortar a los cristianos en Colosas a vestirse con la ropa de las virtudes cristianas. Mencionó las virtudes de la misericordia, la benignidad, la humildad, la mansedumbre, y la paciencia. También hizo referencia al perdón con que Cristo perdona y dijo: “así también hacedlo vosotros” (Colosenses 3:13). Encima de todo como si fuera un abrigo, dijo, “vestíos de amor, que es el vínculo perfecto” (v. 14). Si el amor fuese el elemento aplicado en la práctica de las virtudes cristianas, se daría forma al carácter cristiano completo. El amor en dependencia de Cristo tendría un efecto tranquilizador y “la paz de Dios” gobernaría cada corazón (v. 15).
Además de vestirse con la ropa de las virtudes vistas externamente, la palabra de Cristo debe morar internamente en abundancia. ¿Cuál sería el efecto producido? Habría un sentir de gratitud y los santos se enseñarían y se exhortarían “unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” (v. 16). Con la rica palabra de Cristo gobernando toda acción, cada uno llegaría a ser un maestro del bien, y discípulo aprendiz al mismo tiempo.
Enseñar la verdad divina es más que contar historias bíblicas. Es más que hablar de teología. Enseñar es demostrar cómo ser mejores esposos, hijos, compañeros y trabajadores. Es manifestar humildad frente a las críticas y tomar decisiones justas. Discipular a los demás es “dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio… que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27). Cuando la palabra de Cristo mora en el creyente se nota el efecto en su vida. A los Romanos Pablo escribió “estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros” (Romanos 15:14). No basta aprender de memoria la Palabra, sino también hay que aplicarla a nuestras vidas, como nos aconseja Proverbios 4:13, “Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida”. ¿Está morando la palabra de Cristo en abundancia en ti? –daj
Lectura Diaria: | ||
2 Reyes 25 [leer]
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/Ezequiel 1 [leer]
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/2 Timoteo 2 [leer]
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