Abigail es una mujer interesante y destacada por su forma sabia de actuar. David es un hombre esperando el día cuando ha de ser rey. En el entretanto, David trataba de ayudar al prójimo. Su prójimo Nabal no supo apreciar la bondad de David y su pequeño ejército.
“No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres” Romanos 12:17
Durante la década en la que un joven David pasó escondiéndose del celoso rey Saúl, conoció a una mujer excepcional. Samuel el profeta había muerto. David debía esperar el momento para asumir como rey en reemplazo de Saúl. Saúl le tenía celos y por eso David se mudó al sur donde vivió en la región desértica al poniente del Mar Muerto. En aquella zona, que pertenecía a la tribu de Judá, muchos vivían de la crianza de ovejas y cabras. Ahí David podía esperar que los de su propia tribu le protegieran de Saúl, y así pudiera escapar de este hombre que era su perseguidor.
La vida en los campos y las cuevas no les causó problema a estos hombres, acostumbrados como estaban a una vida dura, pero tenían que ingeniarse la manera de proveer alimentos suficientes para tantas personas. Primero unos 400 hombres se juntaron a David, número que creció y llegó a ser 600. Entrenados por David, los hombres protegían a los pastores y el ganado que estaban en aquella región. Ellos impedían que los ladrones y merodeadores causaran pérdida a los dueños de los animales. Nabal, un hombre rico de esta zona, recibía esta ayuda. Al llegar a la época de trasquilar las ovejas, no faltó ninguno de los 4,000 animales que le pertenecían. En una oportunidad trasquilaron 3,000 de las ovejas y Nabal ofreció a sus trabajadores una fiesta. Hubo motivo para estar contento e hizo participar a todos con abundante provisión de alimentos y vino.
Nabal tenía como antepasado a Caleb, pero en ningún momento se pareció a aquel hombre ilustre. Caleb se destacó por su temor de Dios, por su percepción y coraje. Nabal, cuyo nombre significa “necio”, era hombre egoísta, soberbio y de modales rudos. Esto era justamente lo que descubrió David cuando por medio de sus mensajeros, mandó a pedir alimentos para su gente. Fue un pedido normal y justo. No sólo merecían pago por la ayuda dispensada, sino según las costumbres de aquel tiempo era aceptable que o ellos o aún una persona extraña podían pedir tales cosas sin que se las rehusaran. David hizo su petición en forma modesta, pero fue rechazado con tanta rudeza que estalló en ira. Jurando vengarse, él y 400 de sus hombres tomaron sus espadas y partieron rumbo a la casa de Nabal. ¿Es pelear la mejor forma de solucionar la negativa de Nabal? El texto de cabecera dice “no paguéis a nadie mal por mal (sino) procurad lo bueno delante de todos los hombres” Romanos 12:17. Esto deja en claro lo que Dios espera de los cristianos de hoy. No solamente a los romanos instruyó Pablo cómo tratar un asunto de ésta índole, sino también recomendó a los tesalonicenses: “mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos” 1 Tesalonicenses 5:15. Por medio de una mujer sabia llamada Abigail, David fue impedido de llevar a cabo su intención. Debemos apreciar a los que en vida nos puedan aconsejar para no caer en desobediencia ante Dios. (Continuará) MER/Ed.daj
Lectura Diaria: | ||
1 Reyes 11 [leer]
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/Jeremías 19-20 [leer]
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/Filipenses 4:2-23 [leer]
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