¿Acaso hay algún estudiante de la Biblia que se cansa de leer la historia de José? Alguien dijo que se lee como novela. En realidad, tiene varios ingredientes que comprometen los sentimientos del lector hasta que por fin se hace justicia. Es muy interesante la historia de José.
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” Génesis 50:20.
El drama que vivió José comienza cuando sus hermanos celosos le vendieron como esclavo a unos mercaderes que iban rumbo a Egipto. Llegó como tal a la casa de Potifar donde le fue muy bien hasta que la esposa de Potifar, una mujer inescrupulosa, trató de seducir a José. Fue echado a la cárcel por la falsa acusación de la mujer, pero de todas maneras José se destacó por su buen comportamiento. Cuando gentilmente interpretó los sueños de sus dos compañeros de prisión, José se destaca por su honradez, pues entrega la buena y la mala noticia tal como Jehová se las reveló. Siempre llama la atención que el copero se olvidó del “vidente de la cárcel” hasta dos años después. De la misma forma, hay cristianos que tienen que esperar para que el Señor haga justicia según su voluntad.
El copero trabajaba atendiendo a Faraón y la cercanía al rey le daba acceso al monarca para saber los altibajos de su vida. Cuando los magos fracasaron en no poder interpretar los sueños de monarca, el copero sugirió que el hebreo que conoció en la cárcel fuera llamado. La gran sabiduría de José le abrió la puerta para ocupar el segundo puesto más importante en la nación. La historia gusta a todos pues después de sufrir en manos de sus hermanos, y de la mujer inmoral, además en manos de Potifar que no le hizo justicia, José logra fama en el país extranjero. Los detalles de la hambruna que hizo necesario el viaje de los hermanos de José preparó el camino para que él primeramente proveyera para ellos y luego los perdonara. ¿No es cierto que nos haga pensar en Dios quien nos trata con tanta misericordia día tras día, esperando que reconozcamos su disposición de perdonarnos?
¿Acaso José algún día reflexionaría sobre su tiempo en la casa de Potifar? Si nada hubiera pasado, si la mujer no hubiera intentado seducirle, no habría llegado a la cárcel. No habría conocido al copero y quizás no habría llegado a ser el “salvador” del pueblo. Del Señor Jesús leemos: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” Hebreos 5:8. Por lo que padeció José, siendo obediente a Dios en todas las circunstancias, pudo salvar muchas vidas. Las palabras de José en el verso de cabecera nos hacen entender el por qué de la cruz. “Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” Génesis 50:20. –daj
Lectura Diaria: | ||
Nehemías 8:1-18 [leer]
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/Zacarías 4:1-14 [leer]
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/Apocalípsis 13:1-18 [leer]
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