En Mateo 2 tenemos la historia de otro hombre que s e perdió la venida del Hijo de Dios. Era muy diferente que el mesonero pues, al contrario de este, no ignoraba el hecho. En realidad estaba muy bien informado.

“Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore” Mateo 2:8

El arribo de “unos magos” a Jerusalén (Mateo 2:1)  general toda una convulsión en la ciudad ya en el palacio. Vienen del oriente, y vienen a encontrar al “rey” (Mateo 2:2). Inquiere de los sacerdotes y escribas acerca de los detalles proféticos de la venida del Rey, y llama a los magos. Pretende impresionar con su interés de adorar a Jesús, pero en realidad teme. Teme porque él es el rey y he aquí hay otro rey que le hace competencia en el trono. Se turba, se atribula y entra en pánico, como es el sentido de la palabra empleada por Mateo. Así, si el problema del mesonero eran las preocupaciones, el de Herodes era el miedo. Sin ser judío, había logrado ser considerado por Roma como rey de los judíos a base de violencia y crueldad. Era el rey de hecho y ahora había una amenaza real e inmediata. El Rey había nacido, descendiente de David, legítimo heredero al trono y eso es demasiado. Es una amenaza y hay que eliminarla.

La gente es feliz considerando y recordando a Jesús como su benefactor espiritual, un recurso en caso de necesidad. Incluso muchos alegremente se llaman cristianos, pero el Señor no reina en sus corazones. Tal como Herodes temía perder el control de su reino, los hay muchos Herodes en pleno siglo 21. Temen que si reciben a Cristo perderán  el control de sus vidas. Él puede ser un ejemplo, un maestro, un ser superior, pero rey jamás, pues como rey es una amenaza. Sus reglas y mandato cambiarían su estilo de vida y el hombre no está dispuesto a eso. Temen perder, al igual que Herodes, la preeminencia en la vida. El mundo está lleno de gente que exclama: “No queremos que éste reine sobre nosotros” (Lucas 19:14), no queremos que afecte las decisiones, la carrera profesional, el destino.

Así, este mundo está lleno de reyes que no piensan arrodillarse ante el Rey. El mismo miedo celoso de Herodes les llevará a la perdición, y tal como aquel, se pierden su venida. –rc

Lectura Diaria:
Esdras 8 [leer]
/Daniel 9 [leer]
/Apocalipsis 4 [leer]