GUARDAR Y EVITAR

Llamamos a cada cristiano a tomar en cuenta los consejos de Pablo a Timoteo. Hay cosas que guardar y otras cosas que evitar.
“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén.” 1 Timoteo 6:20-21.

Pablo el apóstol escribía una carta a su hijo en la fe Timoteo. Ha llegado a transcribir el último párrafo de la carta. Por cierto va a terminar con un deseo de bendición para su vida; “La gracia sea contigo” 1 Timoteo 6:21. Antes de llegar al último renglón, Pablo dio varios encargos a Timoteo. Le instruyó a guardar ciertas prácticas positivas en su vida. Serían para su provecho espiritual. También le instruyó a evitar otras prácticas que eran negativas a fin de no quitar efectividad a su testimonio.

“Guardar” es un término que requería que Timoteo no dejara escapar los buenos consejos recibidos en el pasado. Requería vigilancia para que lo valioso no se fuera de sus manos. Timoteo había aprendido el evangelio en su casa de la boca de su madre y su abuela. Después se convirtió escuchando a Pablo predicar. Cuando los ancianos le encomendaron a la gracia de Dios para servir como acompañante de Pablo en sus viajes misioneros, Timoteo sabía cuán precioso era el evangelio de Jesucristo que tenía que predicar. Pablo dice: “¡Timoteo, guárdalo!”

Por otro lado, Timoteo debía cuidarse evitando “profanas pláticas… y los argumentos de la falsamente llamada ciencia” productos de la sabiduría humana. “Evitar” lleva la idea de desviarse de tales cosas y no asociarse con ellas. Significa despreciar a propósito lo que no sirve. Si Timoteo se preocupara de guardar lo encomendado, no tendría de preocuparse de las vanas palabrerías. No hay mejor defensa que una buena ofensiva. En su segunda carta, Pablo volvió a lo mismo, “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros” 2 Timoteo 1:13-14. Debemos tomar en cuenta la misma amonestación. –daj