El oído de Dios está atento siempre para escuchar nuestros ruegos. Su ojo está sobre nosotros de un año al otro. Dios está dispuesto a llenar nuestra corazón con su paz.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:33
En el trajín diario nos encontramos con personas agobiadas por el afán y la ansiedad. Parece que hay tantos problemas que resolver. Si no es la preocupación por la salud, será la de la situación económica o tal vez alguna dueña de casa que está perpleja por no tener los medios para comprar alimentos o ropa para su familia. La Biblia sirve para asegurar a las tales personas que Dios, al hacer escribir las Sagradas Escrituras, conocía de antemano las necesidades y los problemas de cada uno, e hizo incluir palabras especialmente aplicables a sus casos particulares. El Señor Jesucristo dijo a sus discípulos en su renombrado sermón del Monte, “os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? … vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:25, 32-33.
¿Cuál es, entonces, el consejo del Señor a los que sufren por el afán y la ansiedad? “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Para comprender esto, debemos volver al principio de la historia de la humanidad, pues Adán y Eva vivían en medio de su paraíso terrenal, sin ansiedad ni cuidados, porque eran criaturas inocentes sujetas al gobierno divino. Eran súbditos felices de ese reino de Dios. Pero ¡cómo cambió su situación cuando, haciendo caso a la mentira del tentador, se rebelaron contra su creador, quebrantando su mandamiento! Así entró el pecado con todas sus funestas consecuencias. Adán y Eva fueron expulsados de ese reino de paz y felicidad, y comenzó para ellos una existencia de duro trabajo, llena de afán y ansiedad. Así es la vida y lo que es peor, los que no aceptan el perdón ofrecido en Cristo viven con la lúgubre perspectiva de pasar después a un lugar de eterna perdición donde está el lloro y el crujir de dientes. Y tras ellos, toda la raza humana ha sido arrastrada a la ruina espiritual, por cuanto todos pecaron.
¿Por qué pues, debe el hombre buscar primeramente el reino de Dios? Porque se encuentra lejos de Dios y en rebeldía al soberano control de Él. ¿Por qué debe buscar la justicia de Dios? Porque su vida está llena de injusticia y pecado, de actos contrarios al carácter justo del Dios Poderoso. La única manera de vivir una vida sin cuidados ni afán es por buscar la reconciliación con Aquel a quién ha ofendido. Mientras que el pecador se mantiene alejado de Dios buscando sus propias soluciones a los sinsabores de la vida, ninguna paz ni gozo verdadero hallará. Siguiendo la exhortación del Señor Jesús de buscar primero el reino de Dios, hay bendición que reemplaza el afán y la ansiedad.–Juan Shaw/daj.