Bernabé sale en la Biblia como hombre valioso y utilizado por el Señor en diferentes esfera de actividad cristiana. Hay fallas en todos y las tuvo Bernabé cuando se apartó de Pablo pero otras cosas que hizo en su vida son dignas de tomar en cuenta.
“(Bernabé) era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe.” Hechos 11:24.
Conocido por su nombre José, este varón tenía ciertas características personales que le merecían ser llamado por el apodo Bernabé, o hijo de consolación. Era hombre generoso pues vendió una propiedad suya y entregó el dinero a los apóstoles para ser distribuido entre los necesitados. Puso “las manos al fuego” por Saulo de Tarso cuando volvió por primera vez a Jerusalén después de ser convertido. Los creyentes judíos tenían miedo de recibir a Pablo como “hermano en la fe” pero Bernabé intervino a favor de él. Pablo tuvo libertad para participar, y fue una bendición a todos. Cuando llegó la noticia de personas gentiles en Antioquía que habían creído en Cristo, los apóstoles enviaron a Bernabé para verificar los detalles pues hasta aquel momento, los convertidos habían sido solamente judíos. Como sugiere el texto de cabecera, Bernabé era hombre que vivía en comunión con Dios.
Bernabé sabía involucrar a otros en sus labores. A medida que la cantidad de cristianos iba en aumento en Antioquía, reconoció la necesidad de ayuda y buscó a Saulo de Tarso. Los dos “se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía” Hechos 11:26. Es obvio que tuvieron un ministerio efectivo pues los convertidos practicaban la doctrina y por eso eran llamados “cristianos”. El nombre cristiano significa “seguidor de Cristo”. Hubo un desarrollo de los dones en la iglesia y llegó el momento para buscar nuevos horizontes bajo la guía de Dios. Mientras servían éstos hombre dotados al Señor, el Espíritu Santo dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado” Hechos 13:2. Estos dos fueron los primeros misioneros en ser enviados a predicar el evangelio en países y pueblos donde nunca se había escuchado. Pronto partieron visitando islas en el Mar Mediterráneo y luego llegaron a Asía Menor.
Después de volver a Antioquía, se presentó un problema con ciertas visitas que llegaron de Judea introduciendo nuevas ideas basadas en la ley de Moisés. Pablo y Bernabé tuvieron “una discusión y contienda no pequeña con ellos” y los hermanos decidieron que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén,… para tratar esta cuestión” Hechos 15:2. Su visita resultó positiva y en la carta aclaratoria enviada a Antioquía, los remitentes en Jerusalén se refirieron a ellos como “nuestros amados Bernabé y Pablo” Hechos 15:25. Ningún hombre es perfecto y una de las incógnitas que no sabemos explicar es la raíz de una contienda entre de los dos intrépidos misioneros por causa de Juan Marcos, sobrino de Bernabé. Pablo no quiso llevarle en el segundo viaje misionero y Pablo y Bernabé se apartaron. Es notable que cuando Pablo tuvo que defenderse ante los Corintios, usó a Bernabé como ejemplo (vea 1 Corintios 9:6) insinuado que hubiera habido una posible reconciliación entre los dos. De todas maneras Bernabé hizo más trabajo en Chipre, su tierra natal y fue un hombre utilizado por el Señor. La iglesia necesita siempre hombres como Bernabé en el día de hoy. –daj
Lectura Diaria: | ||
1 Samuel 23:1-24 [leer]
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/Isaías 62:1-63:14 [leer]
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/Romanos 6:15-7:6 [leer]
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