Todos tenemos que enfrentar ciertos desafíos en la vida. Es aconsejable tomar tiempo en la presencia de Dios para fortalecerse y saber qué es lo que Él quiere. Lea acerca de Josué.Todos tenemos que enfrentar ciertos desafíos en la vida. Es aconsejable tomar tiempo en la presencia de Dios para fortalecerse y saber qué es lo que Él quiere. Lea acerca de Josué.
“Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?” Josué 5:14.
Es normal hacer preparativos previos antes de enfrentar una situación o un requerimiento en la vida. Los estudiantes pasan horas estudiando para un examen. Los jugadores practican ciertas formaciones antes de un partido. El predicador pasa tiempo en oración y estudiando su Biblia antes de entregar un mensaje ante un auditorio. El cristiano sabe cuán necesaria es la preparación espiritual para ciertos desafíos en la vida. Tenemos varios ejemplos en la Biblia que confirman eso. Aún el mismo Señor Jesús preparaba al ánimo de sus discípulos antes que fuese crucificado. Dijo: “ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” Juan 14:29.
En el Antiguo Testamento, Dios lo hizo con Josué, el líder del pueblo de Israel cuando estaban por marchar contra la ciudad de Jericó. Antes de enfrentar la situación, Dios apareció a Josué. “Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Él respondió: No; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo” Josué 5:13-15. Es instructivo considerar el comportamiento de Josué antes de embarcarse en la toma de Jericó. Primeramente, al percatarse de la presencia de un varón con una espada, se adelantó para hablar con él. Cuando el individuo se identificó como “Príncipe del ejército de Jehová” Josué se dio cuenta que fue una persona divina. En realidad, era una Cristofanía, es decir, una aparición de Cristo por una razón específica en una situación puntual antes que viniera a la tierra. Si hubiera sido un ángel, Josué no se habría postrado a sus pies. Reconociendo el Príncipe como una persona divina, se humilla ante él y se somete a su autoridad. “¿Qué dice mi Señor a su siervo?” preguntó. Tuvo que quitar su calzado en un gesto de reverencia, tal como Moisés había hecho más de cuarenta años antes. Quiso estar en condiciones de recibir las instrucciones para guiar al pueblo en la toma de la ciudad de Jericó.
Quizás las experiencias nuestras no sean tan dramáticas como la que tocó a Josué, pero Dios espera que nos acerquemos a Él con humildad tomando en cuenta que Dios tiene vivo interés en nuestras actividades. Así él recibe la gloria por lo que se logra hacer. Al leer las Escrituras, nuestro corazón debe estar abierto para aprender de lo que el Espíritu Santo no quiere enseñar. Si hay algo que aprender, o algún mandamiento que obedecer, y quizás algún indicio que debemos esperar, entonces con humildad debemos someternos a su voluntad. Dios quiere que nos preparemos en su presencia para enfrentar los desafíos en la vida. Josué puso mucha atención a lo que Dios quiso que hicieran para conquistar Jericó. Así pudieron llevar a cabo el rescate de Rahab y de sus familiares. Así se ve cuán sabio es preparase en la presencia de Jehová y obedecer su voluntad. –daj
Lectura Diaria: | ||
Génesis 47:28-48:22 [leer]
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/Salmos 26:1-27:14 [leer]
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/Mateo 26:57-75 [leer]
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