“La cosa es firme de parte de Dios” Génesis 41:32

Los pretéritos proféticos son una figura literaria muy importante en la escritura. Más que eso, son una afirmación gloriosa que en sí misma es un mensaje. La Biblia declara ciertos eventos que aun no suceden en tiempo pasado, como que ya acontecieron. Su cumplimiento es tan ciertísimo que el escritor bíblico inspirado por Dios lo presenta como algo acaecido, seguro, pues “ya ocurrió”. Ejemplos notables de esta figura los tenemos tanto en el antiguo como en el nuevo testamento.

El Siervo de Jehová, el Señor Jesucristo mismo proféticamente presentado en Isaías (ver Hechos 8:35), sufre, es cargado, lleva los pecados de la humanidad, muere, y también resucita. Y todo ello se nos presenta como eventos ya ocurridos:

“Fue menospreciado”, “llevó él nuestras enfermedades”, “sufrió nuestros dolores”, “él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre él, por su llaga fuimos nosotros curados”, “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”, “angustiado él, y afligido, no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero, como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”, “fue cortado de la tierra de los vivientes”, “con los ricos fue en su muerte”, “nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53:3-11).

Es tan segura la muerte vicaria de Cristo que el profeta la presenta como un evento ya pasado, es un “pretérito profético” extraordinario.

También en la profecía respecto de las últimas cosas tenemos esta forma de descripción:

“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”.

(Apocalipsis 20:11-15)

Hay otro pasaje similar en Judas: “He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares,  para hacer juicio contra todos” (Judas 1:13-14). Notemos que esta profecía fue pronunciada por Enoc hace 5 mil años, también en forma de pretérito profético.

Si algún lector no conoce al Señor tenga presente que tal como 700 años antes de la venida de Jesús y de su muerte en la cruz Isaías lo anunció como evento ya pasado y se cumplió con exactitud, de la misma manera la realización del juicio anunciado es segura y sobrevendrá de manera inequívoca. Le  invitamos a confiar en Jesucristo y a creer su palabra. rc

Lectura Diaria:
Levitico 17:1-18:30 [leer]
/Salmos 119:145-176 [leer]
/Marcos 6:30-56 [leer]