Qué preciosas las palabras dadas a Daniel con relación al “tiempo del fin”. Se las entrega “un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz” (Daniel 10:5-6). En ellas le entrega un panorama profético acerca del destino de la humanidad y con particular detalle, del pueblo de Israel.

“Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días” Daniel 12:13

Entre las revelaciones dadas a Daniel, consideremos esta: “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua” (Daniel 12:2). Aquí, claramente se nos anuncian dos resurrecciones. Todos los muertos, tanto los salvos como los no salvos, resucitarán algún día. La resurrección es algo que le sucederá al cuerpo. La resurrección es algo que le sucederá a “todos los que están en los sepulcros” (Juan 5:28). Cuando una persona muere, su cuerpo es puesto en el sepulcro, no su alma ni su espíritu.

Las dos resurrecciones a las que Daniel se refiere también las menciona nuestro Señor: “porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28-29). Ahora bien, debemos hacer una distinción: Los creyentes en Cristo de esta dispensación esperamos la venida del Señor Jesucristo. Específicamente esperamos la primera parte de su “segunda venida” cuando viene por los creyentes, partiendo de Esteban en adelante, que han muerto a lo largo de los siglos y cuyo cuerpo yace en la sepultura. Ellos están “ausentes del cuerpo, y presentes al Señor” (2 Corintios 5:8). Como está claramente señalado, la resurrección de los salvos que ocurre simultánea con el arrebatamiento corresponde a la primera parte de la primera resurrección. Miremos la Escritura:

“Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:15-17).

Notemos esta resurrección. Es una resurrección masiva, de todos los salvados de la edad de la Iglesia. Cristo fue el primero (1 Corintios 15:23). Ahora los “muertos en Cristo” (miembros de la Iglesia que han muerto) serán resucitados en el momento del arrebatamiento (1 Tesalonicenses 4:16 y 1 Corintios 15:52). Seguidamente, aquellos cristianos que estén viviendo en la tierra en el momento del arrebatamiento también “serán transformados” y recibirán cuerpos nuevos (1 Corintios 15:51-52) y todos juntos ascendemos para recibir al Señor en el aire. Ahora bien, Apocalipsis 20 nos muestra la segunda parte de esta primera resurrección:

“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años… Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años” (Apocalipsis 20:4-6).

Esta segunda parte de la primera resurrección ocurre después de la gran tribulación, al menos siete años después del arrebatamiento y de la resurrección de los creyentes de la edad de la Iglesia. En ella resucitan los creyentes del Antiguo Testamento, como Moisés, Abraham, David, Daniel (“Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás”), junto con los –nuevos–creyentes que mueren durante la tribulación como hemos leído en Apocalipsis 20. Jesucristo es Aquel que llamará fuera a los muertos. Es SU voz la que ellos escucharán y la que obedecerán (Juan 5:28-29). ¿Si usted muere, en cuál resurrección va a resucitar? –rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
Josué 23 [leer]
/Isaías 17-18 [leer]
/2 Tesalonicenses 2 [leer]