“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” Isaías 55:7

Jimmy Scroggins llegó hace pocos años como pastor a una congregación en el Sur de Florida, Estados Unidos, y comenzó a trabajar entre matrimonios. Pronto se percató que, entre quienes se inscribieron a la primera sesión de preparación para el matrimonio, la mayoría ya estaban conviviendo, otros venían de varios divorcios previos, y un etc. de otras condiciones. No obstante, vio la oportunidad de evangelizarles y aproximarse bíblicamente a quienes “sus vidas no están moldeadas por la Biblia, y por consiguiente tienen complicadas y diversas mezclas de estructuras familiares”, como lo describió. Además, pudo constatar que “tristemente en esta generación el cristianismo es irrelevante para sus vidas”.

Su estrategia partió por una ilustración gráfica que ayudaba a las parejas a considerar personalmente porqué fracasaron en su vida, y cómo el evangelio es la forma de recobrar el diseño de Dios. “Aquí está el principio”, dice Scroggins: “El diseño de Dios para el matrimonio, la familia, el sexo, etc. ha sido violado por el pecado y esto resulta en ruina. Los seres humanos tratan de ignorar, racionalizar y hasta mitigar su estado hasta que, en arrepentimiento, pueden ver el evangelio como la vía de restauración y el medio para alcanzar el propósito de Dios para sus vidas”.

Scroggins confiesa que algunas parejas se molestaron bastante con él en la primera sesión debido a ser confrontados con la noción del pecado y del estándar de Dios: “la ruina es aquella parte en nuestro diagrama que realmente capta a la gente pues al principio puedes no estar de acuerdo con el diseño de Dios, e incluso con el concepto del pecado, pero ninguno puede negar que su vida está rota”.

“Entonces nos damos cuenta que entre las devastadoras consecuencias de vivir contrario a la voluntad de Dios se incluyen múltiples relaciones fallidas y todas clases de inmoralidad y que, a menos que los pecadores se vuelvan de sus pecados y pongan su confianza en Cristo, no podrán salir de ellas.”

Mientras enseña el estándar de moralidad bíblico para las relaciones interpersonales, Scroggins dice: “Vivimos en este mundo caído y lo que necesitamos no es azotar a la gente por el resto de sus vidas ni poner la vara tan alta como para que se sientan que nunca van a llegar, al estilo de los fariseos del tiempo de Jesús. ¿Porqué no ponemos mejor la vara donde Cristo la pone?… Vuélvete de tus pecados, confía en Cristo”: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)

“A veces es necesario tener a veces conversaciones duras con algunos cuyos estilos de vida son contrarios al estándar de Dios, mas no debemos ni necesitamos sacrificar una jota de precisión doctrinal o de convicción para expresar compasión, ternura y amor, y dar la bienvenida nuestros vecinos independiente de su situación familiar, idea política o punto de vista moral, para enseñarles el Evangelio”. “El Evangelio sana vidas, enmienda y recupera el diseño de Dios y promete la vida eterna” (1 Juan 2:25). –rc

Lectura Diaria:
1 Samuel 11:1-12:25 [leer]
/Isaías 51:9-23 [leer]
/2 Corintios 12:1-13 [leer]