La experiencia de una abuela con su nieta le hizo pensar en el cuidado del Buen Pastor para con sus ovejas.

 

“Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” Isaías 40:11

 

Una abuelita que firmó su nombre como “J. Fleming” relató una simpática experiencia. Caminaba con su nieta pequeña volviéndose del gallinero. El camino desnivelado no era fácil para los piecitos de la chica. “Abuelita”, dijo la nieta, “por favor que me tome la mano”. Sirvió por un poco de tiempo pero algunos arbustos en el camino dificultaban la travesía. “Abuelita” dijo la niña, “¿me podrías llevar?”. Acto seguido, la abuela la tomó en brazos y así llegaron a la casa. Después la abuela pensó en cuán importante era para su nieta ser tomada de la mano y luego llevada en brazos. Las palabras del profeta Isaías vino a su mente y lo que es característico de nuestro Buen Pastor. Él nos toma de la mano y nos lleva en su seno. Me imagino que muchos que leen estas palabras sonríen y menean la cabeza porque recuerdan de los años idos ya cuando la compañía de nuestro Señor y Salvador equivalía a ser tomado de la mano y llevado en sus brazos.

 

El trato que nos da el Señor como Pastor no es él de un conquistador sobre los vencidos. Antes bien, con mansedumbre y ternura se ofrece para cuidar y guiarnos mientras andamos en los caminos ásperos de la vida. Con paso seguro nos guía y cuando nos cansamos, nos toma, y descansamos en sus brazos. A veces experimentamos sus cuidados por medio de otros. Un recuerdo que tengo de mi infancia fue cuando tenía menos de dos años y mi madre estaba hospitalizada pues había nacido mi primera hermana. La noche era oscura y estaba en casa ajena siendo cuidado por la tía Matty, una hermana en la iglesia. Comencé a llorar. Ella extendió su mano y tomó la mía mientras cantaba “Jesús me ama, yo lo sé”. Me tranquilizó. Nuestro Señor se ha comprometido a confortarnos.

 

O Jesús, eres tan gentil,

Con los tuyos, incontables mil,

Tan amante y querendón,

Así conocemos tu corazón.

 

Isaías captó el sublime cuidado que el Señor tiene de su grey. “En su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará” como dice el texto de hoy. Hay veces cuando las exigencias de la vida nos dejan exhaustos y el Señor se acerca para fortalecernos. Del cuidado del Señor para con nosotros hay abundante evidencia. El salmo 23 relata como el pastor cuida a sus ovejas en forma constante. Jesús dice: “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” Juan 10:11. Habiendo comprobado el amor del Señor para con nosotros, nos anima saber que  “vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” 1 Pedro 2:25. –daj

No temas, aunque el camino sea áspero; déjame tomar tu mano;

Puede ser que no conozcas el camino, y tampoco sepas comprender,

Pero toma mi mano, confía en mí, pues siempre estoy cercano.

Y te llevará durante los días oscuros a fin de aprender a no temer.  –J. Fleming

 

Lectura Diaria:
2 Reyes 11-12 [leer]
/Jeremias 48 [leer]
/Hebreos 12:18-13:6 [leer]