En círculos religiosos se refiere a ciertas actividades en una iglesia como tiempo de adoración. ¿Sabe la gente adorar realmente? La mujer samaritana pensaba que sí pero Jesús tuvo que aclarar el asunto a ella. Habló del Padre que busca adoradores. Debemos preguntarnos si entregamos a Dios la verdadera adoración.

 

La hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.” Juan 4:23.

 

Cuando el Señor Jesús reveló a la mujer de Samaria que había tenido cinco maridos y el hombre con que vivía no era su marido, ella quiso cambiar el tema. Dijo a Jesús que ella percibía que él era profeta y luego quiso “rayar la cancha” diciendo: “nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar” Juan 4:20. Parece que no quiso que el Señor continuara revelando los secretos de su vida y prefirió conversar sobre las prácticas religiosas de los samaritanos versus los judíos. Con su acostumbrada sabiduría, el Señor tomó lo dicho por ella para revelarle que iba a haber cambios en el futuro. “Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre” Juan 4:21. En otras palabras, no valía la pena discutir sobre los lugares de adoración si iba a haber un cambio. Además, Jesús le informó que ella con su pueblo no sabían adorar, mientras los judíos sí, entendían. “Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos” Juan 4:22.

 

La ignorancia de los samaritanos era el producto de muchos errores. Ellos rechazaban el mensaje de los profetas aunque aceptaban los libros de Moisés. Años antes combinaban la práctica de su religión con la idolatría y el rey de Asiria mandó un sacerdote para que “les enseñe la ley del Dios del país. Y vino uno de los sacerdotes que habían llevado cautivo de Samaria, y habitó en Bet–el, y les enseñó cómo habían de temer a Jehová” 2 Reyes 17:27-28. No dio los resultados esperados según 2 Reyes 17:34-35.

 

¿Acaso el Señor diría lo mismo a nuestra sociedad? ¿Diría que los practicantes de la religión hoy día no saben adorar? La palabra adorar significa postrarse, agacharse para hacer reverencia. Es lo que uno hace cuando recibe la revelación de Dios como el Creador, y como el Salvador misericordioso y amoroso. Dios se ha revelado en la Persona del Señor Jesús. Al entender la magnitud de lo que Dios ha hecho en Cristo para perdonar nuestro pecado, y hacernos partícipes de su vida, el ser humano reconoce su indignidad y adora a Dios. Expresa su aprecio por lo que Él es y por lo que Él ha hecho. Reconoce el valor trascendental de Dios en todo su trato con nosotros. Pablo dejó en claro la esencia de la adoración cuando escribió a los Filipenses, “nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos (adoramos) a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne” Filipenses 3:3. Solamente la adoración es verdadera cuando es dirigida a Dios por medio del Señor Jesús. –daj

 

Lectura Diaria:
2 Samuel 8-9 [leer]
/Habacuc 1 [leer]
/Romanos 14:19-15:13[leer]