Es imposible agradar a Dios sin fe. Por lo tanto, debe interesarnos como ejercer la fe para serle agradables.

 

Sin fe es imposible agradar a Dios.” Hebreos 11:6.

 

El resto del verso 6 lo aclara diciendo que “es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. En cierta oportunidad, después de mucha actividad con sus discípulos, llegó la noche y Jesús les dijo: “Pasemos al otro lado” Marcos 4:35. Primeramente Jesús despidió a la multitud y fue con los discípulos en la barca. Junto a ellos, iban otras barcas. De repente “se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba” v.37. Jesús estaba en la parte posterior durmiendo. Amedrentados, los discípulos “le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?” v.38. Jesús se levantó inmediatamente y habló al viento y al mar diciendo: “Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza”. Jesús había permitido la tempestad para probar a sus discípulos en cuanto a su fe.

 

Si Jesús estaba durmiendo, la situación no estuvo fuera de su control. No había por qué sentir pánico. Pero los discípulos se desesperaron y le despertaron. Después que Jesús hizo cesar el viento y calmó el mar, Él les preguntó: “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” v.40. La prueba sirvió para revelar dos carencias en su desarrollo espiritual — 1. Les faltaba fe; y 2. Tenían un conocimiento deficiente acerca de Jesús. Ellos “se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?”

 

La fe se ejerce en tiempos difíciles. Las circunstancias adversas requieren una fe firme, precisa y adecuada para poder soportar el trance. Cada hijo de Dios debe vivir “respirando” con fe. Sin ella no es posible agradar a Dios. “¿Quién es éste?” preguntaron. La prueba de la tempestad les dio otra oportunidad para apreciar al Señor Jesús en el variado despliegue de su poder. La fe es un proceso que aumenta el conocimiento y hacer crecer la fe. La tempestad duró lo suficiente para que aprendieran la lección. Fue una experiencia enriquecedora. Si Usted está pasando por un tiempo de prueba en estos días, quizás sea el medio escogido por Dios para enseñar una lección valiosa como la tuvieron que aprender los discípulos. –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 9:15-10:27 [leer]
/Isaías 50:1-51:8 [leer]
/2 Corintios 11:1-33 [leer]