No todo estaba bien en la iglesia de Pérgamo. El Señor, luego de reconocer su buen testimonio, les advierte acerca de su tolerancia hacia doctrinas que estaban corrompiendo a la iglesia.
“Pero tengo unas pocas cosas contra ti” –Apocalipsis 2:12
Lectura: Apocalipsis 2:12-17
A la iglesia en Pérgamo la podemos llamar como “la iglesia en conflicto”. Moraban en una ciudad que al parecer era el epicentro de las actividades paganas de la época, y en donde, según las palabras del Señor, estaba “el trono de Satanas”. Es por esto que algunos de ellos terminaron pagando con sus vidas la fidelidad a Cristo. Antipas fue uno de estos, por lo que el Señor lo termina llamando “mi testigo fiel”.
Sin embargo, no todo estaba bien en esta asamblea. El Señor, luego de reconocer su buen testimonio, les advierte acerca de su tolerancia hacia doctrinas que estaban corrompiendo a la iglesia. La primera de ellas era la doctrina de Balaam, y la segunda era la doctrina de los nicolaítas. Los creyentes en Pérgamo estaban soportando los ataques externos de Satanás de manera eficaz, pero estaban descuidando los ataques internos provenientes de estas falsas enseñanzas.
La doctrina de Balaam enseñaba que lo material no era importante, por lo tanto habia libertad para cometer pecados en el cuerpo –como fornicaciones o participar en comidas sacrificadas a los ídolos. Esta enseñanza toma su nombre de Balaam, el personaje del AT quien al no poder maldecir al pueblo de Israel, incitó al rey de Moab a poner tropiezo a los israelitas a través de sus mujeres. (Numeros 22-23, y 31:16). Las escrituras nos dicen que debido a este pecado de fornicación, 24.000 hombres murieron a causa del juicio de Dios (Números 25:9). Balaam puso tropiezo al pueblo de Israel a través de las mujeres de Moab, así como un cazador pone señuelos para atrapar a su presa. Esto mismo es lo que estaban haciendo los falsos maestros que estaban ingresando a la asamblea de Pérgamo.
Sin embargo, el Señor les advierte que la santidad debe ser prioridad en medio de su pueblo. La separación debe ser total. No existe tal cosa como una “santidad a medias”. Así como en el desierto 24.000 israelitas murieron debido al pecado con las mujeres moabitas, el Señor ahora le dice a esta iglesia: “Por lo tanto, arrepiéntete”. ¡Con cuanta solemnidad debiésemos conducirnos en medio de la iglesia, sabiendo que “la santidad conviene” a la casa de Dios!
— Pablo Elgueta
Lectura Diaria: | ||
2 Reyes 14:23-15:30 [leer]
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/Jeremias 50:1-20 [leer]
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/Tito 1-2:8 [leer]
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