El profeta Elías ocupa un lugar de privilegio en la Biblia.Veamos lo que aprendió cuando se sintió desanimado.
“¿Qué haces aquí, Elías? “ 1 Reyes 19:9, 13
Hay referencias a él en los dos Testamentos. Nada sabemos de sus años de infancia o adolescencia, Aparece en la Biblia en 1 Reyes 17:1 entregando una noticia alarmante al rey Acab: “no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.” Más de dos años iban a transcurrir durante los cuales el país sufrió las consecuencias de una sequía prolongada. Elías tuvo interesantes experiencias durante este período. Después de entregar el mensaje a Acab, Jehová le dijo que se retirara a un escondite cerca del arroyo Querit, al oriente del río Jordán. Fue maravillosamente alimentado por los cuervos mandados por Jehová que “le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.” v.6. Cuando se secó el arroyo, Dios le mandó a la ciudad de Sarepta donde una mujer viuda le mantuvo desde sus escasos recursos. Su encuentro con ella es interesante y los detalles están en 1 Reyes 17.
El pueblo sufrió las consecuencias de haber practicado la idolatría, sin haber tomado a Dios en cuenta. Pero la disciplina de la sequía iba a terminar, pues hay un principio mencionado en Habacuc 3:2, “Oh Jehová, he oído tu palabra, … En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de la misericordia.” Elías fue enviado a desafiar a Acab para concertar un acto público por el cual se vería quién fuera el Dios Verdadero. ¡O es Baal, o es Jehová de los ejércitos! 1 Reyes 18 contiene los detalles de la clara derrota sufrida por los falsos profetas de Baal, y la victoria singular de Jehová, Dios Poderoso y Verdadero.
1 Reyes 19 comienza con Acab relatando lo ocurrido a su mujer, la malvada Jezabel. Enfurecida, amenaza con matar a Elías dentro de las próximas 24 horas. Temiendo por su vida, el gran profeta que había desafiado a los falsos profetas, huye frente a una mujer. Deja a su siervo cerca de Beerseba y “él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.” 1 Reyes 19:4. ¿Es este Elías, el osado profeta que enfrentó a los falsos sacerdotes de Baal? ¿Está deprimido, desilusionado, descorazonado? Así era, pero Dios le trató con cariño y le dejó dormir. Luego le despertó y para la sorpresa de Elías, “he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.” v.6. Después se metió en una cueva y aquí recibió una pregunta que sirve para todos nosotros cuando nos sentimos desanimados en la obra del Señor. Elías pasó la noche en la cueva, pero a la luz de un nuevo día “vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?” Fue para despertarle a su realidad y al mismo tiempo encargarle más trabajo para los días futuros. Nada de morir, tuvo que seguir sirviendo al Señor. Conviene hacernos la misma pregunta para que no seamos ociosos en el servicio del Señor. ¿Qué haces tú aquí?
-daj
Lectura Diaria: | ||
Deuteronomio 32:15-52[leer]
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/Oseas 2:1-3:5 [leer]
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/Lucas 17:20-18:42 [leer]
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