Pablo quería instruir a los Filipenses de cuán importante es el conocimiento de Cristo Jesús. Esto es fundamental para la familia también. ¿Cómo está su situaciòn familiar?

“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro” Filipenses 3:1

 

Alguien ha dicho, “Es posible obtener todo lo que quisiera en esta vida; el problema es que hay que pagar por ello”. Años atrás era necesario postergar las compras hasta que hubiera dinero disponible. Hoy día tenemos el fenómeno de la gratificación instantánea con las tarjetas de crédito. Por cierto habrá que pagar al final y esto ha producido otro problema; hay personas que trabajan incasablemente para pagar las cuentas. Por esta razón sus familias sufren porque los padres y las madres están ausentes del hogar y no tienen tiempo para atender a los niños.

 

Hay jefes del hogar que trabajan rendidos mientras persiguen su sueño de proveer una vida holgada para sus hijos. Pero el sueño resulta ser un espejismo. Cuando se dan cuenta de ello, el daño ya sido hecho y a la prole le ha faltado orientación en la vida, especialmente en el sentido espiritual. He comprobado personalmente que en muchos hogares la Biblia ya no se lee en familia. Se defienden los padres diciendo, “Los niños van a estar bien. Yo estoy orando siempre por ellos.” Los niños necesitan más que una oración de un padre ausente. Necesitan sentir el amor por su alma y el entendimiento de alguien que escucha sus puntos de vista y de sus penas.

 

Pablo quería instruir a los Filipenses de cuán importante es el conocimiento de Cristo Jesús. Por eso no le era molesto escribirles del tema. Dijo: “aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,”. Filipenses 3:8. La excelencia del conocimiento es un término comparativo indicando que toda otra adquisición que se pueda obtener no tiene valor en comparación del conocimiento de Cristo. Nada lo supera. Se escuchan muchos lamentos de padres que despertaron demasiado tarde. Los mismos pensaban dejar una situación holgada de dinero y de posesiones a sus hijos, cuando los mismos niños preferían recibir una palabra de aliento y de amistad de parte de los padres. Medite en la instrucción bíblica a continuación y luego pregúntese, “¿Lo estoy haciendo yo con mi familia?” “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” Deuteronomio 6:5-7. No hay mejor herencia a dejar a sus hijos que le herencia de conocer a Dios y a Jesucristo el Salvador. Comienza con poner por obra las instrucciones de los versos citados.

–daj

Lectura Diaria:
Jueces 1:1-2:5 [leer]
/Isaías 21:1-22:14 [leer]
/1 Corintios 1:1-31 [leer]