Seguramente ha habido momentos críticos en la vida de cada uno de nosotros. ¿Cómo hemos respondido?

“Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.” Números 14:19

 

El capítulo 14 de Números comienza con la congregación de los israelitas gritando contra Moisés y Aarón. Han rehusado entrar en la tierra de Canaán atribuyendo importancia al reportaje negativo de los diez espías y rechazando le exhortación de Josué y Caleb para entrar. “¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos!” v.2. Terminaron sublevándose contra Moisés y su hermano, “Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto” v.4. No es para menos que Moisés y Aarón “se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud” v.5. Josué y Caleb no hallaron otra cosa que hacer excepto “rompieron sus vestidos” v.6. Apelaron al pueblo sin éxito. Terminaron diciendo “no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra” v.9. ¿Y cómo respondió la multitud? “Toda la multitud habló de apedrearlos” v.10.

 

Jehová no pudo dejar que la rebeldía se profundizara y “la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel” v.10. Era visible ante la vista de todos y Jehová preguntó a Moisés: “¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?” v.11. Amenazó con herirlos de mortandad y dar a Moisés a otro pueblo para guiar. “Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos” v.12. La respuesta de Moisés revela la mansedumbre de este hombre de Dios. Temía el “qué dirán” de los egipcios y pensaba que la honra de Jehová sufriría si Dios terminaba con el pueblo. Imploró a Jehová a perdonarlo. Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho” v.20.

 

Seguramente ha habido momentos críticos en la vida de cada uno de nosotros. Es muy posible que la rebeldía no haya llegado a ser tan grave como la de los israelitas, pero ha sido necesario que Dios nos perdonara. ¿Cómo hemos respondido ante tal despliegue de su amor y de su misericordia? Algunos vuelven a “delinquir” y continúan desobedeciendo a Dios. Sufren pérdidas de gozo, de placer, y de paz cuando actúan así. Aprendamos del ejemplo de Josué y Caleb. De Caleb, Dios dijo: “Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.” Números 14:24. Dios nos conceda sabiduría para ser obedientes y fieles delante de Él y ser bendecidos como Caleb fue bendecido.

–daj

Lectura Diaria:
2 Reyes 2 [leer]
/Jeremías 35 [leer]
/Hebreos 7 [leer]