Por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos” Hebreos 11:16

 En los días previos hemos considerado algunos detalles que destacan en la vida de tres hombres de fe del antiguo testamento: Abel, Enoc y Noé. Cada uno en su tiempo y circunstancias, manifestaron fe en el Dios eterno y dejaron un testimonio que el Espíritu Santo estimó digno de ser recordado. Desde un cierto punto de vista estos tres justos de la antigüedad fueron predicadores y por sus mensajes vemos lo que todo predicador fiel de la Palabra debe tener en el centro de su mensaje.

La escritura nos dice que Abel “aún habla” (Hebreos 11:4). No sabemos exactamente qué palabras habló en su tiempo pues no hay registro de algún dicho suyo, pero continúa haciéndolo y tiene que ver con su ofrenda. Por ella nos “dice” que para acercarse a Dios el ser humano no puede presentarse por sí mismo sino por un sustituto inocente y sin mancha, que es acepto por Dios, figura del Señor Jesucristo, “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). La todo-suficiencia de Cristo como el sustituto y mediador entre Dios y lo hombres está en el corazón del evangelio y en el mensaje de todo predicador fiel.

Enoc habló de la venida del Señor y del juicio venidero (Judas 1:14-15). La venida del Señor es una realidad, aunque algunos duden de ella (2 Pedro 3:9). El viene a “dar reposo” a los salvados y “para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1:8). El juicio de Dios también es una realidad y debe ser anunciado en toda predicación. Si bien Dios ofrece salvación y perdona al pecador por los méritos de Jesucristo, los que no creen “darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos” (1Pedro 4:5). El que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:36).

En esta tríada tenemos también a Noé, “pregonero de justicia” o de justificación (dikaiosune). Noé anuncia la verdad bíblica de la justificación, que es una acción del mismo Dios por la cual Él declara justo y apto para entra a su presencia a todo aquel que pone su fe en Jesucristo: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). ¿Cómo predica Noé acerca de la justificación? Lo hace al mostrar el arca –figura de Cristo– como el medio de salvación del juicio de Dios que había de caer sobre el pecado. Estar en el arca  conllevaba un acto de fe y significó ser librado del juicio de Dios, es decir, significó estar justificado, sólo por la gracia de Dios. de la misma manera estar en Cristo significa estar justificado delante de Dios.

Hemos considerado brevemente a Abel, Enoc y Noé como fieles mensajeros de parte de Dios con un mensaje para los de su tiempo y también para nosotros. Su mensaje es en realidad uno solo y muy actual. Nos muestran a Cristo como el único salvador, nos advierten del juicio de Dios y nos revelan la justificación por la fe, por gracia de Dios. Que cada uno de nosotros atesore y crea este mensaje y que cada predicador se asegure de incorporar estas verdades cuando exponga la Palabra de Dios. rc

 

Lectura Diaria:
Números 8:1-26 [leer]
/Proverbios 5:1-6:19 [leer]
/Marcos 15:24-47 [leer]