“No os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” Mateo 6:34

Todo el mundo quiere saber qué va a pasar en el día de mañana. Menos mal que no sabemos las cosas que nos van a suceder, pues tendríamos los nervios destrozados, con sólo preocuparnos por los problemas que nos sobrevendrían. La Biblia tiene un consejo excelente para nosotros: “BASTA A CADA DIA SU AFAN”. Es decir, El día de hoy tiene sus demandas y la fuerza que tenemos disponible es para hoy, así que, no vaya preocupándose del día de mañana, o de pasado mañana, pues la sobrecarga sería demasiada. Nuestro sistema nervioso tiene su capacidad limitada y si supiéramos algunas de las cosas que tendríamos que afrontar de aquí a una semana, nuestro sistema no podría aguantar el stress adicional. “BASTA A CADA DIA SU AFAN,” no solamente es un consejo divino digno de aceptar, sino muestra que Dios conoce muy bien el cuerpo humano y hasta donde llega su capacidad para llevar una carga.

Si el Señor oculta de nosotros el conocimiento de los detalles de nuestro futuro personal, por lo menos revela algunos secretos acerca del futuro referentes al mundo. Él revela detalles que afectan a muchos y son eventos que acontecerán en gran escala. Por ejemplo, el libro del Apocalipsis es un libro profético y con él se cierra la revelación divina para nosotros. En Apocalipsis capítulo 21 hay una advertencia para quienes añadan o quiten del contenido de las cosas descritas. Las cosas mencionadas tienen que ver con el futuro y por lo tanto, no gozan de la inviolabilidad de la historia que no se puede cambiar. Antes bien, cualquier podría tratar de tergiversar las profecías, interpretándolas en una forma particular y no conforme con lo que el Señor quiere enseñar.

Juan el apóstol comenzó el capítulo 20 con la palabra “vi”, y describe lo que le va pasar al diablo. En el verso 11 del capítulo 20, describe la escena del Gran Trono Blanco que será el juicio final de los que no creen en Cristo Jesús. Y cuando comienza el capítulo 21, primeramente describe un cielo nuevo y una tierra nueva y en el verso dos dice “yo Juan vi la Santa Ciudad, la nueva Jerusalén descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.” ¿Cuándo han de acontecer estas cosas? ¿Acaso podemos pensar que tendrán lugar en el futuro cercano? ¿Estaremos nosotros aquí en el mundo para verificar que Juan habló la verdad? ¿De qué época está hablando Juan? Ya que el capítulo 20 habla del diablo siendo atado durante los mil años del reino de Cristo sobre la tierra sabemos que lo que se enseña en el capítulo 21 no va a acontecer por más de mil años, pues viene después del milenio. Pero antes del milenio, tendrán que pasar los siete años de la Tribulación. Y antes que la Tribulación comience, Cristo tiene que venir a buscar a su Iglesia. Y ya que la Iglesia está todavía en el mundo, por lo menos los sucesos del capítulo 21 del Apocalipsis están a más de un mil siete años en el futuro.

No se preocupe por el día de mañana, pero preocúpese de estar en el número de los salvados que han de ser salvos de la tribulación, del juicio venidero y de la condenación eterna. El mismo Hijo de Dios que es el salvador hoy, será el juez mañana (Juan 5:20-24). Crea en él. –DAJ/rc

Lectura Diaria:
Números 32 [leer]
/Proverbios 28 [leer]
/Lucas 4:1-15 [leer]