AFÍRMATE TIMOTEO

¿Acaso ha pensado como eran algunos de los personajes bíblicos? Por ejemplo, ¿cómo era David cuando cuidaba las ovejas de su padre? ¿O, José, amado por su padre pero odiado hasta la muerte por sus hermanos? ¿Cómo habría sido la mirada de José cuando le echaron al pozo con la idea de dejarlo allí a fin de morir abandonado? David y José son personajes del Antiguo Testamento. Hay varios mencionados en el Nuevo Testamento como Pedro y Juan, y los dos predicadores Timoteo y Tito que recibieron una carta de Pablo.

“Pablo,… a Timoteo, verdadero hijo en la fe.” 1 Timoteo 1:1, 2.

¿Ha tratado Ud. de imaginar cómo eran estos hombres nombrados, no tanto en lo físico sino en lo espiritual? ¿Cómo se desenvolvían en la sociedad de su día? Tenían que levantarse en la mañana como todos los demás pero ¿cómo vivían para la gloria de Dios? De Timoteo sabemos algo de su juventud y como recibía instrucción bíblica de su abuela y de su madre. Sabemos también que su padre era griego. Pablo le llama ‘hijo’ porque seguramente se había convertido cuando Pablo llegó con el evangelio a donde Timoteo vivía.

Timoteo fue escogido por Dios para servir y el apóstol Pablo pidió que le acompañara en sus viajes por Asia Menor. Iban predicando el evangelio de la gracia de Dios y estableciendo iglesias locales. Después Pablo escribió dos cartas a Timoteo cuando éste vivía en Éfeso, las cuales han sido conservadas en la Biblia. Timoteo tiene la distinción de haber recibido una de las últimas cartas de Pablo, escrita antes que el apóstol fuera martirizado en la ciudad de Roma.

Al comenzar su primera carta a Timoteo, se identifica como “apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza” 1 Timoteo 1:1. En seguida Pablo dio instrucciones sobre las prácticas que deben ser mantenidas en una iglesia local. Timoteo servía al Señor en la iglesia en Éfeso. Necesitaba ser animado para mantenerse firme enseñando las doctrinas establecidas entre el pueblo de Dios. Pablo advierte a Timoteo acerca de unos palabreros y charlatanes que predicaban, pero no predicaban la verdad. Pablo dio algunas doctrinas esenciales y fundamentales del cristianismo. Las doctrinas bíblicas son necesarias, pues anidadas en el corazón, deben controlar nuestra manera de pensar, hablar y actuar. El verso 5 es válido para nosotros hoy, “el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida.… Según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado” 1 Timoteo 1:5, 11. Todos debemos animarnos con las palabras de Pablo en la iglesia local donde vivimos. –daj