¿Cómo manifestaríamos nuestro aprecio por el Hijo de Dios si le viéramos de frente? ¿Sería acaso un frío saludo formal?

“No me diste beso” Lucas 7:45

¿Acaso el Señor diría tal cosa a nosotros, a nosotros que profesamos amarle a Él? ¿O diríamos? “Pero Señor, mira, ¡cómo te sirvo!” Contestaría, “Bien, pero… ¿ningún beso para mí?”; “Ah Señor, pero yo he hecho grandes sacrificios en mi servicio para Ti.”

Amados hermanos, es posible ser externamente correctos en nuestra vida cristiana, es posible apreciar el lugar donde el Señor nos ha puesto en la iglesia local, y aun podemos ser moralmente ser intachables en nuestro actuar. Es posible estar muy ocupados en servir, sin darnos cuenta que hay algo que el Señor anhela de todo corazón: anhela el amor personal nuestro.

Adorar significa “besar hacia” un objeto. Ningún servicio, ningún éxito, ningún sacrificio puede suplir lo que Él busca. Dijo el Señor a Simón: “No me diste beso“… Que no nos reproche lo mismo a nosotros. JBN/DAJ/rc

 

Lectura Diaria:
2 Reyes 25 [leer]
/Ezequiel 1 [leer]
/2 Timoteo 2 [leer]