Millones de regalos han sido recibidos en estos días. Pero hay un regalo que supere a todos los demás, y sigue siendo ofrecido a quienes lo quieran recibir. Lea de él.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3:16.

En la época cuando se habla mucho de dar regalos es imposible pasar por alto el don más grande jamás entregado. “De tal manera amó Dios al mundo que DIO a su Hijo Unigénito”. Alguien ha calculado que la palabra “dar” y sus derivadas salen casi dos mil cien veces en la Biblia. Por ejemplo, en Génesis 1 donde se relata la creación del mundo, Dios hizo el sol y la luna y los dio al mundo “para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas” vv.17-18. Gracias a Dios por el regalo de estos dos “señores” del día y la noche.

Pablo y Bernabé visitaron Listra en su primer viaje misionero y la gente equivocadamente pensó que fueran dioses de otro mundo. “A Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio,” Hechos 14:12. Esto preocupó mucho a los dos y en señal de rechazo rasgaron sus vestidos. Luego dijeron “varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay” v.15. Habiendo hablado de Dios como el gran Creador que siempre hace bien, destacaron que el DIO “lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones” v.17. Es una marca de Dios, es Dios dadivoso.

Por supuesto el don más grande es el don de su Hijo. Su amor tan grande para con nosotros como dice el texto de cabecera le llevó a enviar a su Hijo para fuéramos salvos (librados) de la condenación eterna y que tuviéramos “vida eterna”. No hay regalo que lo supere pues Dios dio a su Hijo por pecadores que no mereceríamos nada. Fue el don más grande que suplió la necesidad más grande a fin de alcanzar a bendecir al número más grande de personas. “De tal manera amó Dios AL MUNDO”. Más allá de la obra inicial de salvarnos, Dios ha hecho mucho más; “el que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” Romanos 8:32. Un regalo solamente es apreciado cuando se es recibido. ¿Cómo puede uno rechazar el don de vida eterna que Dios quiere dar a través de su Hijo Jesucristo? He aquí una exhortación “a los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, QUE NOS DA TODAS LAS COSAS EN ABUNDANCIA PARA QUE LAS DISFRUTEMOS 1 Timoteo 6:17. –DAJ

Lectura Diaria:
Números 18 [leer]
/Proverbios 15 [leer]
/2 Pedro 2 [leer]