Cuando dos personas se enamoran y luego unen sus vidas casándose, es un buen comienzo. Es el comienzo de una linda experiencia. En vez de disminuir el amor con el andar del tiempo, debe crece más y más mientras que el varón y la dama van encontrando nuevas razones para quererse mutuamente. Esto es lo que pasa con los que se salvan. Aman a Jesús por su obra en la cruz y a medida que van conociéndole mejor, aumentan su amor para con él.

 

Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento” Filipenses 1:9

 

Moisés quiso dejar preparado al pueblo antes que entraren en la tierra de Canaán. Les dio leyes y estatutos e indicaciones de cómo tenía que comportarse. Estaban acampados frente al río Jordán con la tierra de Abraham, Isaac, y Jacob a la vista. Deuteronomio 6 comienza con una llamada a poner por obra los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová había entregado a Moisés para que él los enseñase al pueblo. Este siervo cumplió con Dios y años más tarde, el escritor del libro a los Hebreos dijo: “Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo” Hebreos 3:5. Moisés clamó al pueblo, “Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos (mandamientos) por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres” Deuteronomio 6:3. Otra vez les llamó, “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” vv.4-5. Amar a Dios continúa siendo un requisito para todo ser humano. Es la dinámica que lleva al seguidor de Cristo a obedecer a su Señor. Jesucristo dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” Juan 14:15.

 

La palabra “amar” es una palabra que ha sufrido en el vocabulario porque hay definiciones deficientes atribuidas a ella. Algunos piensan que solamente tiene que ver con la pasión carnal, o tener afecto para con otro ser humano. Algunos opinan que cuando el afecto disminuye, el amor muere. El pensamiento bíblico es muy diferente. El amor significa compromiso, un deseo de que el objeto de nuestro amor goce de bienestar y hemos de contribuir a ello. “Dios es amor” 1 Juan 4:6, y su amor es más que un sentir de cariño para con nosotros. El desea lo mejor para nosotros y ha hecho todo lo necesario para que sea una realidad.

 

El amor viaja por un camino de doble vía. No solamente nos ama Dios, sino que Él espera que le amemos a Él también. El que ama a Dios desea su compañía y se cuida de comportarse de tal manera que le complazca. Está dispuesto a obedecerle como un indicio de su amor. David el salmista graficó lo que siente la persona que ama a Dios, cuando escribió de su propia experiencia, “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?” Salmo 42:1-2. David anhelaba la presencia de Dios, pues le amaba con intensidad. El texto de cabecera hace ver que Pablo quería el amor de los hermanos en Filipos abundara más y más. ¿Cómo está el amor tuyo? ¿Está abundando? –daj

Lectura Diaria:
Jueces 6:1-40 [leer]
/Isaías 27:1-13 [leer]
/1Corintios 6:1-20 [leer]