La mayoría de nosotros hemos tenido que cumplir una tarea y rendir cuenta de ella al final de la jornada. Es siempre un placer escuchar palabras de gratitud o elogio de la persona a quien hemos servido. La honradez en tales circunstancias es la clave. Lea de un jardinero chileno y su honradez y luego considere lo que cada cristiano puede hacer para su Señor.

 

Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel;… entra en el gozo de tu señor.” Mateo 25:21.

 

En el 23 de Junio 2006, un titular en el diario de Santiago de Chile hizo gala de un acto de honradez, poco común en el mundo egoísta en que vivimos. Juntamente con una foto, proclamó “JARDINERO DEVOLVIÓ UN MILLÓN DE PESOS”, equivalente a dos mil dólares US. Luis Lincoñir, el jardinero de 28 años devolvió un millón de pesos luego de encontrarlo botado en el parque de la Ciudad Empresarial de Huechuraba. Lincoñir hizo el hallazgo del dinero mientras usaba una máquina para cortar el pasto. Dijo, “saltó el paquete, lo recogí y quedé más que nervioso… Igual se me pasó el rollo de dejarme la plata para mí. Sin embargo, el hombre dijo que rápidamente reflexionó y de inmediato pensó en entregar los billetes a su jefa para que buscara a su dueño con la ayuda de Carabineros de Chile.

 

La organización Chile Transparente entregó un reconocimiento y premio  que consistió en un galvano de cristal con su nombre y con la inscripción “Actitudes como la suya, ayudan a un Chile mejor”. Además recibió un cheque por 100 mil pesos ($200.00US), donados por las empresas del sector, una beca para estudiar Paisajismo en una universidad y un regalo consistente en una noche para dos personas en un  hotel del sector. La honestidad de este trabajador recibió lo justo merecido.

 

Jesucristo contó una parábola en que destacó la aprobación del cielo sobre unos siervos que supieron actuar bien con los bienes ajenos. Contó de un hombre que se fue lejos dejando en las manos de sus empleados una cantidad de sus bienes. Hicieron buen uso de ellos y al final de la jornada cuando volvió el dueño, entregaron el fruto de sus labores. Llegó “el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos” Mateo 25:19. Los que habían actuado bien con los bienes ajenos escucharon de los labios de su señor: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” v.21. La probidad del jardinero chileno le mereció honores entre los hombres. Cuán placentero será para el cristiano de hoy escuchar de su Señor en un día futuro “Bien, buen siervo y fiel,… entra en el gozo de tu señor”. El gozo del Señor es lo que Él siente cuando sus siervos se portan honradamente. –daj

 

Lectura Diaria:
Marcos 14:1-26 [leer]
/Numeros 5:1-31 [leer]
/Proverbios 2:1-22 [leer]