Cuando alguien dice que se ha convertido a Cristo es lógico que deba haber evidencia de ello en la vida. Así pasó con Pablo el apóstol. Así ha pasado con millones de otros creyentes en Cristo Jesús. ¿Así ha pasado contigo?

“Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo” Hechos 9:22.

Cuando Pablo se convirtió, empezó a predicar a Cristo “diciendo que este es el Hijo de Dios” Hechos 9:20. Pablo no había creído esto antes, pero su encuentro con Jesús el resucitado cambió su modo de pensar. Con toda naturalidad habló de su fe en Cristo. En las sinagogas, había personas contrarias a los cristianos. No todos estarían de acuerdo con dejar a Pablo predicar acerca de Cristo en ellas. “Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocan este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos preso ante los principales sacerdotes?” v.21. Los asistentes a las sinagogas estaban informados antes acerca de sus planes de ir a Damasco, pero al parecer él “se había dado vuelta a la chaqueta” y ahora está diciendo que Jesús en verdad está VIVO.

En las sinagogas los judíos estaban perplejos pues con gran habilidad Pablo demostraba “que Jesús era el Cristo”. Esto pasa con las personas que se convierten. Antes de reconocer en Cristo el poder salvador, actúan de una manera. Al darse cuenta de su condición de pecadores delante de Dios, hallan en Cristo lo que necesitan espiritualmente y se convierten a Él y reciben el perdón de pecados. Desde ya empiezan a obedecer a su Señor, y esto significa una nueva manera de comportarse. Pablo el apóstol es un excelente ejemplo de esto. Antes era perseguidor, y ahora es predicador.

¿Acaso hay personas que dicen haberse convertido a Cristo pero se ven pocos cambios en sus vidas? ¿Pueden los compañeros con quienes tú trabajas detectar una diferencia en tu actitud o en tu modo de hablar? ¿Tienes tú un aroma o perfume de Cristo? Si no ha habido cambios en tu vida, los demás pueden dudar acerca de la realidad de la salvación que profesas tener. Cristo dice que sus ovejas oyen su voz y le siguen. Si tú has encontrado en Cristo la salvación, ya le conoces como tu Buen Pastor. Él espera que seas una oveja obediente, poniendo oído a lo que Él dice. Por ejemplo el primer paso de obediencia es ser bautizado. Las ovejas del Buen Pastor deben someterse al control de Él en su vida. Se notará en su modo de ser. La vida cristiana es para ser vivida. En cuanto a ti, no solamente afectará tu manera de hablar, sino también en los temas que escoges para tratar. Se admiraron de Pablo y los cambios en él. ¿Lo mismo pasa en la vida tuya? –DAJ

Lectura Diaria:
2 Samuel 8-9 [leer]
/Habacuc 1 [leer]
/Romanos 14:19-15:13 [leer]