CARLOS SEGOVIA BUSTAMANTE   (1928 – 2011)

Don Carlos Segundo Segovia Rebolledo, nació en la localidad de Riachuelo, comuna de Río Negro, Osorno,  el 18 de febrero de 1928.  Partió para estar con el Señor el 8 de noviembre de 2011.

Junto a su esposa, la señora Silvia Bustamante, tuvieron 11 hijos, 3 de los cuales ya no están.  Conocieron al Señor Jesucristo como Salvador, en el año 1963, y empezaron a frecuentar el local de calle Echaurren. Don Carlos y Sra. Silvia tenían interés en que sus hijos pudieran conocer al Señor como Salvador. El país pasaba por una situación compleja pues no había mucho trabajo. Por falta de divisas para la locomoción dejaron de de ir a Echaurren los domingos en las mañanas y tuvieron clases bíblicas en su casa.

Partieron con sus 8 hijos, y como ellos estaban en el colegio, empezaron a invitar a sus compañeros a oír la palabra de Dios. Al principio eran pocos pero el número creció hasta que hubo más de 40 niños. A veces asistían adultos. Don Carlos decía que en ese tiempo sabía poco de las escrituras, porque estaba empezando, pero de lo que oía y entendía, le hablaba a la gente. Pasaron 3 años trabajando con ese grupito de niños, y jóvenes después. Luego, llegaban adultos también para escuchar, como don Manuel Arancibia. El los acompañaba en las reuniones caseras, y crecía el interés en la palabra del Señor. A veces, hermanos de otras partes ayudaban en predicar.

No tenían muchos asientos, solamente las sillas que había en su casa, pero como don Carlos trabajaba en la construcción y tenía tablones en su patio, improvisaba unas bancas. Para eso, en los extremos de los tablones apilaban como base unos ladrillos que forraban en papel.  Así tuvieron lugar para  la gente que asistía.

Hubo interés en establecer una obra en Puente Alto y se arrendó una pieza para reunir a los niños y también celebrar reuniones para predicar el evangelio. En 1966 los hermanos Juan Shaw y David Jones y levantaron la carpa en un sitio en Puente Alto. Esta misma carpa fue usada varias veces en el sitio donde el local está ubicado hoy.

El hermano Moncho Orellana compró una casa cerca, en el paradero 20 de Vicuña Mackenna y tuvo la idea de hacer una escuela dominical. Don Carlos le informó que por 3 años habían venido trabajando en eso. Ese hermano le ofreció su compañía y al domingo siguiente llegó acompañado de su mamá y su hermana. Crecieron los deseos de trabajar y empezaron a ver abundancia de jóvenes, ya que los días sábados don Carlos salía con Moncho, su mamá y su hermana a repartir folletos invitando a la gente.  Finalmente era un grupo bastante grande y nació el deseo de formar una iglesia local. Así se plantó la  asamblea. Hoy día se puede ver a una Asamblea trabajando, reuniéndose los días domingos, martes y jueves, predicando al Señor Jesús.

Con mucho esfuerzo construyeron el lindo local que hoy es un lugar donde se puede recibir más de 400 personas. Gracias al Señor que contestó las oraciones de su siervo Carlos, su familia y muchos otros que quisieron ser parte de esta hermosa obra en la comuna de La Florida.

En una entrevista cerca del final de su vida, don Carlitos dijo: “El Señor nos ha dado la oportunidad ahora de estar aquí, con ustedes.”  Los que conocimos a nuestro hermano Carlos Segovia creemos que él podría decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” 2 Timoteo 4:8.

–David Rosas Segovia y DAJones