Millones pan todos los días del año. Me gusta el pan que se vende en San Felipe, Chile, donde vivimos. Jesús usó la figura de pan para enseñarnos una lección importante; el pan que del trigo viene sostiene nuestro cuerpo, pero el Pan de Vida venido del cielo es absolutamente esencial para darnos vida que nunca termina.

 

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” Juan 6:35

 

Cuando el ser humano tiene hambre, sabe muy bien que no dispone de recursos propios para suplir su necesidad. Jamás tendríamos hambre si nuestro sistema digestivo fuera capaz de proveer para las necesidades del cuerpo. Es una buena lección que aprender: somos dependientes de una provisión ajena a nosotros para subsistir. Es un recuerdo que ningún ser humano, queriendo ejercer su individualidad, pueda independizarse de Dios. Es por eso que el Señor Jesús se presenta como el Pan de Vida. El pan es el alimento más sencillo conocido en todo el mundo y Jesús usó la figura del pan para referirse a sí mismo para satisfacer la necesidad del hombre. Pero el Señor no se refiere a sentir hambre en el cuerpo, sino se refiere a las ansias sentidas en el corazón. En cada corazón hay un hueco que las cosas materiales no pueden satisfacer. Para quedarse satisfecho, necesita de algo totalmente espiritual.

 

El Único capaz de satisfacer la necesidad espiritual suyo es Jesucristo quien dijo, “Yo soy el Pan de Vida“, y cuando pronunció aquellas palabras, agregó que “quien viniera a mí no tendrá más hambre“. Se refiere a la experiencia de la conversión espiritual cuando el ser humano responde al llamado del evangelio y acepta la obra realizada por Cristo en la cruz. La fe depositada en Cristo trae una satisfacción completa y la conversión no tiene que repetirse. Por eso, habla de no tener más hambre. Cuando llegó Jesús a este mundo, vino precisamente a Belén, que significa “casa de pan”. Cristo es el pan que nos sostiene y nos suministra la fortaleza para caminar en este mundo. Las exigencias en la vida diaria van en aumento y necesitamos este “pan diario” para no caer en pecado, y para seguir sirviendo a Dios como a Él le agrada.

 

Comer del Pan de Vida significa tomar la vida de Jesucristo como tema en qué meditar. Esto nos llevará al deseo de obedecer sus dichos e imitar sus actos. Esto proveerá la fortaleza diaria necesaria para vivir en comunión con Dios. Así se vive una vida útil y placentera. Jesús dijo: “escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” Mateo 4:4. –daj

 

Lectura Diaria:
1 Samuel 13:1-23 [leer]
/Isaías 52:1-12 [leer]
/2 Corintios 12:14-13:14[leer]