El profeta Elías desafió a los falsos profetas de Baal para dejar en claro una vez por todas quién era el Dios vivo y verdadero. La interesante historia de la gran prueba en el Monte Carmelo está en 1 Reyes 18. Lea de lo que pasó al profeta después de su sonada victoria.

 

Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.” 1 Reyes 19:7

 

Los 400 profetas de Baal clamaron toda la mañana para que su dios contestara y consumiera la ofrenda sobre el altar. No pasó nada, porque Baal existía en su imaginación solamente. Cuando le tocó a Elías pedir a Jehová que consumiera el sacrificio, pidió primero que todo fuera empapado en agua. Elías oró y ¡Dios contestó! No solo fue consumido el sacrificio sino también “la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja” 1 Reyes 18:38. La reacción del pueblo fue inmediata: “se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!” v.39  Elías ordenó que los profetas de Baal fueron prendidos. Junto al arrojo de Cisón, los profetas de Baal fueron degollados por su pecado de inducir al pueblo a cometer idolatría.

 

Acab el rey informó a su mujer Jezabel de lo sucedido. Ella se enojó y mandó un mensaje a Elías amenazándole de muerte. Viendo el peligro, Elías “se levantó y se fue para salvar su vida” 1 Reyes 19:3. ¡Qué contraste! El valiente Elías que había desafiado a los 400 profetas, ahora huye por su vida frente a la amenaza de una mujer. Cansado, se echó debajo de un árbol y dijo a Dios: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres” v.4. Dios no le hizo caso sino que le dejó dormir, y luego le despertó para comer. Elías volvió a dormir. Otra vez fue despertado y una vez más Dios le proveyó algo para comer, diciendo “Levántate y come, porque largo camino te resta” v.7.

 

Dios no siempre accede a las peticiones nuestras cuando nos desanimamos por causa de circunstancias en la vida. Con ternura y entendimiento, Dios animó a Elías invitándole a comer porque le quedaba más trabajo por hacer. De igual manera, Dios se preocupa de todos sus siervos y es la palabra de Él que provee la “comida” que fortalece y anima. Como dijera Jeremías el profeta, “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón”  Jeremías 15:16. ¿Has comido de la Palabra hoy? — DAJ

 

Lectura Diaria:
Deuteronomio 14:22-15:23[leer]
/Cantares 5:2-6:9 [leer]
/Lucas 10:25-42 [leer]