Cada cristiano debe examinar su vida para conocer sus motivaciones verdaderas. Jesús enseñó sobre el particular.

“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 6:1.
Cuando los políticos han de hacer algo notable para favorecer a una institución o un grupo pobladores, avisan con anticipación los medios de comunicación. Esto es para que estén los fotógrafos y los periodistas quienes han de divulgar la noticia. Los políticos quieren ser vistos en lo que hacen. Un presidente de país prefería hacer sus presentaciones a las diez de la mañana, asegurando que la noticia saldría a las dos de la tarde en el noticiario más importante del día. Cuando hay visitas en casa, los niños tienden a hacer más ruido para que todos les tomen en cuenta. Las niñas también hacen sus piruetas en el medio de living para ser vistas. El deseo de figurar está en el corazón de todos. Jesucristo sabía esto y advirtió contra esta práctica recomendando un bajo perfil; “no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” Mateo 6:3.

¿Quién no quiere ser reconocido por ser generoso, o benévolo? Todos desean tener una buena reputación pues en algunos casos puede significar un avance en su carrera y un aumento en su evaluación personal. Se espera que la vida cada uno sea caracterizada por la justicia práctica, es decir, actuar preocupado por el bienestar de otros. El Señor advirtió contra el proceder de otra manera, “para ser alabados por los hombres” pues en tal caso “os digo que ya tienen su recompensa” Mateo 6:2. Si las obras buenas son hechas para impresionar a otros, esta será la única compensación recibida. Es un premio barato porque pronto es olvidado. Cuando Jesús habló de dar limosna, dijo que se hiciera “en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” v.4.

Jesús también mencionó la necesidad de cuidarse en el momento de orar. En su día había una práctica de algunas personas que oraban para ser tomadas en cuenta. Jesús les llamó, “hipócritas”. Dijo: “cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa” v.5. Dijo que las oraciones que valen son los que se ofrecen tras la puerta cerrada: “ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” v.6. Jesús mismo oraba en voz alta cuando era necesario, además de pasar mucho tiempo en comunión con el Padre. Jesús también advirtió contra el uso de “vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” vv.7-8. Es posible que un cristiano sea criticado por su manera de ser, pero Pedro exhorta a mantener “buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” 1 Pedro 2:12. Debemos cuidarnos de tratar de figurar. Antes bien, conduzcamos nuestras vidas para que Dios sea glorificado. –daj

Lectura Diaria:
Éxodo 12:21-51 [leer]
/Sálmos 45:1-46:11 [leer]
/Hechos 6:1-15 [leer]