¿Cómo andas? Todos hemos escuchado la pregunta. Es importante preguntarnos como es nuestro andar en la vida cristiana. Lea para ver si andas bien o no.
“Entonces andarás por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezará.” Proverbios 3:23.

Algunos caminantes usan un podómetro, un aparato que enganchado al cinturón que registra cuántos pasos la persona da en su caminar. Está adosado al cuerpo y a veces sorprende la cifra que arroja después de un día de caminar. La maquinita es un cuenta-pasos y nada más. No opina sobre cómo ni dónde el individuo haya andado. Es la Biblia que instruye sobre cómo debe ser nuestro andar o forma de vivir. La Biblia contiene las instrucciones necesarias para saber cómo. Si se toma en cuenta lo que ella dice, afectará la dirección en que uno va y también los lugares adonde dirigirnos. Juan el apóstol escribió que nuestro hablar debe afectar nuestro andar, “el que DICE que permanece en él (Cristo), DEBE ANDAR como él anduvo” 1 Juan 2:6. Los que confiesan fe en Cristo deben respaldar lo dicho por su modo de actuar. La palabra ‘andar’ es usada en la Biblia como un sinónimo de ‘vivir la vida’.

Desde la cárcel en Roma, Pablo mandó una carta a los cristianos en Éfeso rogándoles que “andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados” Efesios 4:1. Habían de tomar en cuenta los términos del discipulado al cual respondieron cuando se convirtieron al Señor Jesús. Jesús mismo fue muy claro cuando dijo: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” Marcos 8:34. Hay cambios que ocurren en la vida de la persona salvada. Debe dejar ciertas prácticas de antes para adoptar nuevas que están de acuerdo a la nueva vida en Cristo. “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente” Efesios 4:17.

Muchos cristianos han hecho suyas las promesas halladas en el texto de cabecera. Para disfrutarlo, hay que tener un concepto claro de la sabiduría de Dios y su poder cuando fundó la tierra y “afirmó los cielos con inteligencia” Proverbios 3:19. Por eso viene la exhortación “Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, y serán vida a tu alma, y gracia a tu cuello. Entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará” vv.21-23. Las promesas de Dios son fidedignas (dignas de nuestra fe). Algunas promesas requieren atención y diligencia; “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios” Efesios 5:15. –daj

Lectura Diaria:
Números 22:39-23:26 [leer]
/Proverbios 20-21:11 [leer]
/Santiago 4:13-5:20 [leer]