Algunos de ustedes saben lo que significa participar en un evento de atletismo. Seguramente tuvieron interés en los Juegos Olímpicos recién terminados. El tema no era desconocido por el escritor de la carta a los Hebreos que usó la figura de atleta para animar al cristiano en cuanto a su forma de correr en la carrera de la vida.

 

“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Hebreos 12:2.

 

El capítulo 11 de la carta a los Hebreos contiene una lista de corredores en la carrera de la fe. Si hubiera sido participantes en los Juegos Olímpicos, todos habrían ganado una medalla de oro. Pero los nombrados no participaban en la carrera de la vida para ganar los aplausos y premios de los hombres. Antes bien, los nombrados vivían su vida de fe delante de Dios. Sus carreras no se medían en 100, 200 u 800 metros, sino en días y meses y años de perseverancia confiando en Dios. Al concluir la sección sobre los héroes de la fe, el autor nos llama a nosotros a aplicar las mismas medidas de disciplina a nuestra vida. “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” Hebreos 12:1. En los versos que siguen somos instruidos acerca de cómo correr la carrera. Todo corredor sabe dónde está la meta hacia la cual se extiende. El cristiano es urgido a poner “los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”. Hebreos 12:2.

 

Los hombres y las mujeres nombrados en el capítulo 11 vivieron en diferentes épocas y todos participan en una carrera diferente a los demás. Sin embargo, todos tuvieron una actitud que les hizo correr “con paciencia (o perseverancia)”. Todos fueron motivados por la fe en Dios mientras cumplían con lo que Él requería de ellos. Estos dieron evidencia del poder de la fe en sus vidas. Hay dieciséis nombrados en particular, más otros aludidos. El capítulo 11 concluye con la aprobación de Dios. “Y todos éstos… alcanzaron buen testimonio mediante la fe” Hebreos 11:39.  Hoy día la prensa se encarga de relatar la impresión que los atletas dejan con su participación. Lo que llama la atención acerca del testimonio que Dios da en su “reportaje” es que algunos corrieron sin recibir “lo prometido” v.39. Pero se mantuvieron hasta el final con fe.

 

Las historias relatadas están en la Biblia para alentar a nosotros. Aprendemos que Dios ha sido fiel en cumplir sus promesas. Para demostrar nuestra fe debemos despojarnos de cualquier cosa en la vida que podría impedir nuestro avance. Como el atleta se desviste para tener un rendimiento óptimo, hemos de despojarnos de las cosas en la vida que podrían impedir nuestro progreso. Fuera con las dudas, el cansancio, el enfado, y la flojera. Para correr con paciencia, es necesario ejercer la voluntad para vivir obedeciendo a Dios. Se espera un avance en la vida cristiana pues se trata de la “carrera que tenemos por delante” Hebreos 12:1.  Los héroes mencionados en el capítulo 11 han terminado la carrera. Ahora nos toca a nosotros. Ojalá que al fin de nuestra vida podremos decir como Pablo “… he acabado la carrera, he guardado la fe. 2 Timoteo 4.7.daj

Lectura Diaria:
Josué 16-17 [leer]
/Isaías 11-12 [leer]
/1 Tesalonicenses 2:13-3:13[leer]