Uno de los privilegios que tenemos los hijos de Dios es poder llamarle “PADRE”. Lo podemos hacer con una naturalidad e intimidad y con toda sencillez. “PADRE”. Jesús mismo declaró que solamente por medio de Él es posible conocer al Padre en forma personal.

 

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. Mateo 11:27.

 

Al leer en cualesquier de los cuatro evangelios, se ve cuán rápidamente se presentan los enemigos al Señor Jesucristo. Por su apego a la justicia divina en su vida Jesús iba a encontrar la oposición de los injustos. Por ejemplo, entró en el templo y no se sentó para llegar a un acuerdo con los comerciantes instalados allá. Entrando Jesús “halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas” Juan 2:14-15. No lo hizo sin darles una explicación por su reacción frente a ellos sino “dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado” v.16. Los mismos discípulos entendieron porque “se acordaron… que está escrito: El celo de tu casa me consume” v.17. Esto provocó un rechazo de parte de los que conducían sus vidas sin tomar en cuenta la santidad de Dios y el recinto de Él.

 

También hubo enojo contra el Señor cuando en día sábado sanó a un hombre con una mano paralizada. Los fariseos le criticaron a Jesús por su acto misericordioso porque ellos requerían que nadie trabajara el día sábado. En vez de regocijarse por el hombre minusválido hecho sano, “los fariseos tuvieron consejo contra Jesús para destruirle” Mateo 12:14. Con esto no amedrentaron a Jesús pues Él les explicó “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” Juan 5:17.

 

Al invocar el nombre del Padre y la comunión con Él en sus labores, los judíos lo entendieron como que Cristo reclamaba igualdad con el Padre. Y fue cierto. Es una gran verdad que el Padre y el Hijo obraban en conjunto. Sin embargo, los judíos lo consideraron una blasfemia y esto produjo una constante oposición a la persona del Hijo de Dios. El concepto de Dios como Padre no era nuevo. Aproximadamente catorce veces en el Antiguo Testamento Dios es presentado como Padre en el sentido de ser nuestro Creador, el que nos ha dado vida. En el Nuevo Testamento, el Padre y el Hijo se ven trabajando juntos en una intimidad única y efectiva. A veces Jesús se dirigía al Padre usando la expresión aramea afectuosa “Abba”, Revelaba la base de la comunión que disfrutaban los dos con el Espíritu Santo en perfecta armonía.  De esta manera entendemos nuestro alto privilegio de conocer a Dios como Padre por medio de Jesucristo. Jesús dijo: “nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” Mateo 11:27. ¿Conoce Ud. a Dios como Padre? –daj

 

Lectura Diaria:
Jueces 19 [leer]
/Isaías 37:8-38 [leer]
/1 Corintios 15:1-34 [leer]