En el evangelio de Juan encontramos una descripción sucinta pero profunda acerca de quién es Jesús. Lea acerca de esto.

“En el principio era el Verbo” Juan 1:1

¿Quién es Jesús? Qué pregunta y cuántas veces enunciada. En el primer capítulo del evangelio de Juan se nos dice que “en el principio era el verbo” (eternidad), “el verbo era con Dios” (persona distinta), “el verbo era Dios” (divinidad). Encontramos la descripción de persona que existe ya desde el principio, está con Dios, y es Dios (Juan 1:1). Ahora bien, esta persona de la trinidad es mencionada con un descriptor muy significativo, el “logos”. En español se ha traducido Verbo, en inglés Palabra. ¿Qué significa?

Bueno, significa que es la expresión de la persona de Dios. Es quien ejecuta las obras de Dios, es quien expresa lo que hay en el corazón de Dios, es el que habla lo que Dios quiere comunicar, es quien nos muestra todo acerca de Dios. Dios hizo todas las cosas por intermedio del Verbo (Juan 1:3), Dios creó el universo por intermedio del Verbo (Hebreos 1:2), Dios amó al mundo, y envió al Verbo (Juan 3:16), Dios juzgará al mundo por el Verbo (Juan 5:22), Dios el Padre se revela en el Verbo (Juan 1:18). En suma, todo lo que conocemos acerca de Dios y todo lo que Dios quiere que conozcamos acerca de Él nos ha sido mostrado y enseñado por su Hijo amado, el Verbo. Ninguno como él, pues es Dios mismo y como él no hay ninguno: “No hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más” (Isaías 45:21-22).

Juan nos cuenta en los primeros versículos de su evangelio esta gran verdad, que el mismísimo Dios creador, el Verbo, emprende una obra incomprensible y desconcertante: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14). Las palabras no pueden dar cuenta de este tremendo acontecimiento. ¡Dios mismo descendió a este mundo y fue hecho carne, habitando entre los hombres! “Vimos su gloria” añade Juan enseguida. ¡Como no!, si el Verbo es todo glorioso y exaltado. Algo tenía que dejarse ver, algo tenía que notarse en su persona, en su andar, en su hablar, en su obrar. Contemplemos al Verbo entrando a este mundo. Viene “en humanidad velado” como dice el himno, pero viene con todo lo suyo, con todo su poder y con todo el esplendor intrínseco de su persona. Llega vencedor a este mundo por ser quien es y lo que hará no hará otra cosa que demostrar a la creación, y a su Padre como veremos, que en la bajeza y vulnerabilidad humana de su persona sin igual, seguirá siendo siempre el vencedor. –rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
Levitico 7:11-38 [leer]
/Salmos 107:1-43 [leer]
/Hechos 28:17-31 [leer]