El reposo del pueblo de Dios es creer en Cristo. Veamos más acerca de esto.

“Vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad” Hebreos 3:19

Había seguridad y protección para Israel en guardar el sábado, pero en el nuevo testamento vemos que este día era claramente un día de descanso, no de adoración. Jesús iba a las sinagogas en sábado a la lectura. Él representa el cumplimiento del sábado, y el es Señor del día de reposo (Mateo 12:7-8). Cuando los fariseos le reclaman que sus discípulos recogen espigas en día sábado, el Señor les demuestra que el sentido profundo de este días es mostrar misericordia (v.7. Parafraseando su respuesta, lo que finalmente les dice es:  “ustedes no van a interpretar el sábado para mí, yo voy a interpretar el sábado para ustedes”. El pueblo de Dios ejerce misericordia en sábado (Marcos 2:27-28, 12:10).

Dios define el sábado en Cristo. La iglesia no guarda el día sábado, sino que celebra el día del Señor. Esto comenzó para celebrar su resurrección, y ya lo notamos en Juan 20:26 (mirar también  20:7). La resurrección de Cristo es el hecho que redefine nuestro calendario, y ocurrió el 1er día de la semana. La observancia, conmemoración y celebración de la resurrección de Cristo viene a ser el patrón de la iglesia, y lo importante para la iglesia es entender que el sábado ha sido cumplido en Cristo. En el AT se habla del “reposo” (Salmo 95) en el que Israel anhela entrar. Era un concepto anhelado por el verdadero israelita, que le traería finalmente salvación. Era “la consolación de Israel” que Simeón reconoció cuando sostuvo en sus brazos al niño Jesús (Lucas 2:25). El escritor a los Hebreos nos enseña que el reposo, el descanso perfecto, es la salvación y la redención misma de los pecados  (Hebreos 4:1-11). Entendemos entonces que el guardar el sábado tenía un sentido de expectación profética para Israel (que ellos no apreciaron), pero que, a diferencia de ellos, ahora es es real y actual para la iglesia.

El más importante punto del descanso del sábado en el NT es que nosotros descansamos en Cristo, descansamos de nuestra labores y de todo esfuerzo por salvarnos. No podemos trabajar nuestra salvación, sólo debemos descansar en Cristo. Descansamos de nuestro trabajo por justificarnos. Ahora bien, tanto en los tiempos del antiguo testamento como en el tiempo actual, es la incredulidad lo que impide entrar u obtener este descanso. Dice claramente: “Y vemos que no pudieron entrar –al reposo– a causa de incredulidad” (Hebreos 3:19). Los creyentes somos justificados por la fe, y entramos en el reposo al creer en Cristo. El día de reposo del antiguo testamento es figura de un reposo, que es total y absoluto, que obtenemos en Cristo, al creer en él por la fe. En consecuencia, la observancia del día de reposo no corresponde a esta época, pues venido Cristo, él encarna este reposo para los que creen.

El cuarto mandamiento nos llama a acordarnos de nuestra salvación, nuestro reposo, a la luz de la escritura y habiendo pasado por el Calvario. Nos llama a conmemorar al que es nuestro reposo, el Señor Jesús, quien instituyó una reunión de recordación a ser llevada a cabo el día después del sábado, cuando Él resucitó. La iglesia no ha cambiado el sábado por el domingo. El primero terminó pues era figura del que había de venir, el salvador. El domingo es el día en el cual este Salvador se levantó victorioso de los muertos, y el día que nos ha sido señalado en la Escritura para recordarle. Por eso el cuarto mandamiento nos es pertinente, pues nos conmina a recordar al que nos dio descanso: “Yo os haré descansar” (Mateo 11:28).  –rc

(contínúa)

 

Lectura Diaria:
Esdras 3-4 [leer]
/Daniel 5 [leer]
/Apocalipsis 1 [leer]