Algunos de la tercera edad se acuerdan cuando la actividad principal el día domingo era adorar y servir a Dios y no al deporte. Los mismos se acuerdan cuando palabras groseras recibían reprensión y nada de risas. No es nada nuevo pues en épocas pasadas el pecado era tolerado.

 

“Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él porque  le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat…” 1 Reyes 16:30-31.

 

Hoy por hoy a los cristianos les agrada pensar que Dios es asequible y es fácil conversar con Él, pero les falta ejercer reverencia y respeto cuando entran en su augusta presencia. No es nada nuevo, pues Acab tuvo la misma actitud más de dos mil años atrás. No le importaba la dignidad y el honor que se deben dar a Dios. “Le fue ligera cosa andar” pecando y llevó a la nación a cometer idolatría rindiendo culto al ídolo Baal. Sin duda su matrimonio con Jezabel le allanó el camino para considerar que servir y adorar a Baal era una actividad de poca importancia. Toda situación que termina deshonrando a Dios tiene su comienza en la adopción de una actitud ligera. Al faltar reverencia ante Dios, se abre la puerta para cometer el pecado. Las consecuencias al final dejan condiciones irreversibles y Dios tiene toda razón al castigar al pecaminoso.

 

Acab permitió que la cultura pagana practicada por su mujer le influenciara de tal modo que no tomó en cuenta ni a Dios ni a su Palabra. El pecado de Acab no solamente tuvo su nocivo efecto en la vida de él, sino también afectó la nación entera. Conviene que cada persona que profesa conocer a Dios como Padre considere las cosas que permite en su vida a fin de evitar alejarse del Dios vivo y verdadero. ¿Hay cosas en su vida que Ud. considere triviales porque forman parte de la cultura, pero en realidad estas le están llevando lejos de Dios? Hay temas y prácticas que ni se mencionaban veinticinco años atrás que hoy día son consideradas parte de la vida cotidiana. La frase “derechos humanos” es invocada como justificación para permitir comportamiento reñido con la santidad de Dios. Ya es tiempo de recordar que Dios dijo: “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos” Isaías 55:8.

 

La actitud de muchos es tratar el pecado como algo inconsecuente y mientras antaño algunos tenían vergüenza cuando una palabra grosera era escuchada, ya nadie se preocupa. La televisión esparce las malas costumbres como normales y pronto nadie se preocupa. Practicar la decepción, presentar situaciones inapropiadas y hacer comentarios audaces es tratado como chistes para hacer reír. ¿Dónde está la seriedad reverente que Dios espera? El salmista parece haber anticipada lo que vemos hoy en día y dice a Dios: “Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre; Sean deshonrados, y perezcan. Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra” Salmo 83:16-18. Para Acab era cosa ligera pecar delante de Dios. Que no sea así entre nosotros. –daj

 

Lectura Diaria:
Exodo 8:1-32 [leer]
/Salmos 38:1-39:13 [leer]
/Hechos 3:1-26 [leer]