“Tu Dios será mi Dios” Rut 1:16

Noemí decide volver a su pueblo y a su Dios, y lo hace reconociendo que ha equivocado el camino. Inicialmente en Moab vivió conformándose a las formas de esa tierra pagana, si bien probablemente nunca adoró al dios falso Quemos. Una vez muerto su marido Elimelec, se acuerda del Dios de Israel y habla de él a sus nueras.  Tanto Orfa como Rut oyeron de este Dios, sus pactos, sus promesas, su misericordia y su poder. Expuestas a la verdad de Dios por la predicación no convencional de Noemí, estas jóvenes tienen que tomar una decisión y Rut, conscientemente, cree en él.

La conversión de Rut es verdadera y da cuenta de un cambio profundo en su corazón. Va más allá de una simpatía hacia el Dios de su nuera por el aprecio que puede sentir por ella. Rut seguramente lo ha pasado mal después de la muerte repentina de su esposo y se refugia en el Dios de Israel. Si bien ocurren más adelante en la historia, son notables las palabras de Booz hacia ella, que nos muestran que su profesión se hizo evidente para los demás:

“He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes”.

“Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte” (Rut 2:11-12).

Rut creyó en Jehová, el Dios de Israel. Buscó refugio y consuelo en él y no fue defraudada. Llegado el momento de decidir cómo va a continuar su vida, Rut opta por seguir a Noemí. Su pueblo ahora es su pueblo, y su Dios ahora es su Dios (Rut 1:16-17). En Moab no se adora al Dios verdadero y Rut ya no pertenece a ese lugar. Ella ha unido su destino con los del pueblo de Dios. Ahora tiene fe y según los principios de la fe, ella ha sido justificada (Génesis 15:6).

Rut llega con Noemí a Belén sin grandes pretensiones (Rut 1:22). Qué le depara el futuro ella no lo sabe, pero ha tomado una decisión de corazón. Rut ha decidido seguir a Jehová y estar con su pueblo. ¿Es la misma experiencia de algún lector? La conversión es una experiencia vital que cada creyente en Cristo tiene  en su vida. Hay un momento en que se decide conscientemente por la persona de Cristo. Al ver su muerte en la cruz, y la ruina y el pecado propios se clama a él por salvación: “El que creyere en él, no será avergonzado” (Romanos 9:33). ¿Ha decidido usted seguir a Cristo? rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
Génesis 6:1-7:10 [leer]
/Job 8:1-22 [leer]
/Mateo 5:1-20 [leer]