“Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos” Rut 2:13

Rut es figura de todo pecador que se acerca a Cristo buscando salvación, refugio, consuelo y protección. Es una decisión con repercusiones eternas. No sabe qué ha de acontecer en su nuevo día, pero diligentemente quiere salir a ganarse el sustento. Es muy interesante ver la marca de la gracia que se hace evidente en el capítulo 2. Rut es respetuosa con Noemí y señala: “Recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia” (Rut 2:2). Rut desea hallar gracia, desea ser beneficiaria del favor inmerecido de Dios por medio de alguno que le ayude y permita trabajar y obtener algo. Se reconoce indigna de las bendiciones del pueblo de Dios y aun del alimento material.

Avanzando en el capítulo vemos que la providencia de Dios le lleva al campo de Booz: “Y aconteció que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec” (Rut 2:3). Rut comienza a ser objeto de las bendiciones y de la ayuda de Dios condicionando circunstancias que redundarán en bien para ella y para Noemí. Una vez en aquel campo recibe el cuidado y consejo de su dueño quien le invita a espigar con seguridad en ese campo solamente. Rut reconoce que es el favor de Dios que le está acompañando y su actitud así lo refleja: “Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera? (Rut 2:10). Había comenzado el día esperando encontrar gracia. Ahora la encuentra en el primer campo al cual ha ido a trabajar. Se sigue reconociendo como extranjera y, por lo tanto, indigna de recibir favor de parte del pueblo de Dios.

Al escuchar de Booz las palabras de reconocimiento por su decisión de venirse al pueblo de Dios y de refugiarse en Jehová, Rut pronuncia su deseo de continuar recibiendo bendición: “Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado” (Rut 2:13). En una síntesis simple podemos decir que Rut primero desea hallar gracia, luego se pregunta agradecida por qué ha hallado gracia y en seguida manifiesta su deseo de seguir hallando gracia. Gracia sin límites para esta mujer ajena al pueblo del Dios verdadero que, escuchando de su misericordia, amor y poder, decide creer en él y refugiarse bajo sus alas. Esta es la historia de todo sincero creyente en Jesucristo. Buscar gracia, hallarla en Cristo y desearla aún más. Si la experiencia del lector es esta, entonces reconoce con gratitud su historia personal. Si aún no la es, le invitamos a creer en Cristo. El día termina con Rut y Noemí glorificando a Dios y hablando de Booz, quien será su redentor. ¿Es esta su historia? rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
1 Samuel 13:1-23 [leer]
/Isaías 52:1-12 [leer]
/2 Corintios 12:14-13:14[leer]