El hombre no puede alcanzar el estándar de Dios en cuanto a rectitud. Sin embargo, toma un camino equivocado. Leamos lo que Dios dice al respecto a un hombre en la antigüedad.

«¿Acaso desacreditarás mi justicia?» Job 40:8 (NVI Eng)

Como el hombre no puede alcanzar el estándar de Dios respecto de Su justicia y santidad, no puede acceder a la gloria de Dios. Así lo señala el apóstol Pablo: «Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3:23). La expresión exacta es «pecaron y han quedado cortos» o «no alcanzan las exigencias» de la gloria de Dios.

Dios pregunta a Job: «Acaso desacreditarás mi justicia?. El trasfondo es que el hombre puede pretender deshonestamente desconocer la realidad espiritual, diciendo para sí: «Ya que no puedo satisfacer las demandas justas de Dios, entonces le desacredito y resto valor a su justicia. La invalido y no le doy ninguna autoridad sobre mí». Tal parece ser la actitud del hombre moderno, que ha decidido no considerar a Dios en su agenda. Esto ya ocurría antes del siglo primero, por lo cual Pablo acusa: “Ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios” (Romanos 1:28), lo cual es estéril.

Con más fuerza resuena aún la pregunta que Job hace un poco antes: «¿Cómo se justificará el hombre para con Dios?» (Job 25:4). No hay opción, no hay escapatoria, el juicio de Dios es ineludible, y en nuestra condición natural estamos descalificados delante de él. Dios pregunta al ser humano: «¿Vas acaso a invalidar mi justicia»? (NVI español). ¿Acaso piensa el lector de esta manera? –rc

Lectura Diaria:
Génesis 26:1-35 [leer]
/Job 32:1-33:33 [leer]
/Mateo 13:44-14:12 [leer]