Siendo criaturas del tiempo, nuestros relojes y calendarios marcan los minutos y los meses de nuestra existencia. Por cierto, no vamos a vivir en este mundo para siempre. Sin embargo somos criaturas con existencia eterna. De la tierra hemos de pasar al más allá. Para los que hemos confiado en Cristo, nuestro hogar eterno será el cielo. Los que no ponen su fe en el Salvador, irán al infierno. La parte que anima a los cristianos es que todo está en manos del Eterno Dios.

 

La misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos” Salmo 103:17

 

Los 150 salmos son un compendio de escritos agrupados en cinco libros distintos. Ellos son Libro I, (1 al 41); Libro II, (42 al 72); Libro III, (73 al 89); Libro IV, (90 al 106); y Libro V, (107 al 150). En el Libro IV hay un pensamiento reiterado que establece la gran verdad que Dios es desde la eternidad hasta la eternidad. No tiene comienzo, y no tendrá fin. Dios siempre ha sido, y siempre será. Los cristianos reconocemos esta gran verdad que suministra gran aliento cuando consideramos el aspecto práctico de lo que hace el Dios eterno. En cada nueva jornada aquí en la tierra, es reconfortante saber que conocemos al Dios que nunca cambia.

 

Moisés reconoce en el Salmo 90 que Dios es eterno. “Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios” vv.1-2.  En el Salmo 103, el salmista reconoce que la misericordia de Jehová no es ninguna novedad, pues “La misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos” v.17. En el último salmo de esta sección se destaca que Dios es eterno y es siempre digno de ser bendecido. El salmo comienza y termina con la palabra Aleluya. “Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia” Salmo 106:1. “Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya” v.48.

 

Dios es eterno, y por eso, su amor y misericordia jamás estarán ausentes en sus tratos con los seres humanos. Los que hemos acudido a Él en procura de la salvación por medio del Señor Jesús ya hemos recibido el perdón de pecados. Jamás cambiará Dios esta condición en la cual nos ha puesto como “aceptos en el Amado” Efesios 1:6. Las promesas de Dios nunca dejan de tener vigencia “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” Romanos 11:29. En el mismo salmo donde Dios es presentado como el eterno, viene la oración clave para nosotros, criaturas del tiempo. “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría” Salmo 90:12. El himno lo dice todo, ¡Cuan Grande Es Él!  –daj

 

Lectura Diaria:
1 Samuel 14:1-52 [leer]
/Isaías 52:13-53:12 [leer]
/Romanos 1:1-17[leer]