Dios está en el principio de la historia mundial y al final. Lea la promesa del Señor para su Iglesia al final de la Biblia. Vea si el corazón suyo responde igual que los salvados,
“Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”. Zacarías 14:9.

La Biblia comienza con la frase, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” Génesis 1. En el principio, Dios, Y también, al final. Zacarías el profeta concluía su libro hablando de días mejores para la ciudad de Jerusalén. Ha da ser una ciudad desde la cual el mundo entero será bendecido. “Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno” Zacarías 14:8. Actualmente hay grupos religiosos y otros políticos que pelean por controlar la santa ciudad. ¿Puede ser ciudad “santa” si se escuchan bombazos y contra la cual existen enemigos que la quieren aplastar? El texto de cabecera vislumbra días mejores cuando Cristo estará reinando acompañado de su esposa, la iglesia. “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre” v.9

Zacarías dijo otro detalle deslumbrante, “y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente” v.11. Es cierto que Dios estuvo en el comienzo y estará con su pueblo al final. Nada y nadie impedirá que Dios cumpla con su propósito de tener la tierra como un lugar donde reina su justicia. Habrá gloria eterna pues además de ser su Creador, es también su Redentor. Dios no se cansa en llamar al pecador a arrepentirse y venir a Él para recibir satisfacción. En el capítulo final de la Biblia, apenas cinco versos antes de su conclusión, hay una invitación; “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” Apocalipsis 22:17. La Esposa ya sabe cuán rica es el agua de vida, pues los creyentes que conforman la Iglesia, (la Esposa), comprobaron la veracidad de lo dicho por Jesús, “el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás” Juan 4:14.

Además de una invitación final en la Biblia, hay una advertencia final contra los que se atreven a cambiar el sentido de su claro mensaje y presentar una visión tergiversada de Dios: “Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro” v.18. ¡Cuán grata es la promesa final del Señor Jesús! “Ciertamente vengo en breve” v.20. Por supuesto, la respuesta nuestra no puede ser otra, “Amén; sí, ven, Señor Jesús”. ¿Comparte usted con nosotros este mismo sentir? La invitación de venir todavía está vigente, “¡Ven!” –daj

Lectura Diaria:
1 Samuel 2 [leer]
/Isaías 44:24-45:25 [leer]
/2 Corintios 5:11-6:10 [leer]