“Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso”  Apocalipsis 4:8

En la descripción de la adoración celestial de Apocalipsis 4, los seres vivientes declaman que Dios es “santo”. Lo repiten tres veces y en seguida repiten esa secuencia una y otra vez. A continuación los veinticuatro ancianos declaran que el Dios trino es “digno” y echan sus coronas delante del trono (Apocalipsis 4:8-11). Es interesante considerar las razones de una y otra declaración a la luz de la Escritura. En primer lugar, Dios es reconocido cono santo por ser quien es.

No hay razones que invocar más que su misma persona que es infinitamente superior, poderosa, trascendente y majestuosa. Dios ES santo y no es necesario explicar nada más. La visión de Isaías es similar, y en una descripción sobrecogedora nos relata lo que ocurre en la presencia de Dios en el cielo: “Y el uno al otro (serafines) daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:3). Interesantemente el mismo Señor Jesús confirma su deidad con la expresión: “Sed santos porque YO SOY santo”. Siendo Dios mismo, Jesús tiene la santidad como uno de sus atributos eternos y debemos recordar este aspecto una y otra vez.

Pero hay otro elemento en la adoración descrita en Apocalipsis. Se refiere a que Dios también es “digno” de recibir la gloria, honra y poder. Este es un derecho adquirido no por ser quien es, sino por algo que hizo, en este caso la creación: “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:11). La creación de todas las cosas es razón para reconocer mérito infinito y reconocimiento universal por parte de Dios de parte de sus criaturas. Esa obra prodigiosa, de la cual nosotros formamos parte, es razón de que el Dios eterno reciba adoración y reconocimiento.

Que podamos recordar el hecho de que Dios es santo, infinitamente santo. Ese Dios santo decidió salvar sus criaturas enviando a su Hijo Jesús a este mundo a dar su vida en rescate por muchos (marcos 10:45). Recordemos su santidad en este día. rc

 

Lectura Diaria:
Jueces 7:1-25 [leer]
/Isaías 28:1-29 [leer]
/1Corintios 7:1-40 [leer]