Los salmos han servido al pueblo de Dios durante siglos, pues el lenguaje poético usado por los escritores dicen lo que nuestro corazón solamente haya logrado a sentir. Por eso, hacemos nuestros los lindos pensamientos. He aquí algo sobre el Salmo 19.
“Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” Salmo 19:14.

Según la anotación en la cabecera del Salmo 19, David era su autor. No dice donde estaba cuando consideró el firmamento cuando prorrumpió en alabanza al Gran Creador del universo. Quizás fuera una noche mientras cuidaba las ovejas en el campo, lejos de las partes urbanas donde la gente dormía las horas de la noche. La bóveda del cielo se vería magnífica, poblado por las luces de las estrellas y lejanas planetas. O quizás fuera temprano en la mañana al detectar los primeros rayos del sol tocando los tallos del pasto que serviría a las ovejas para comer. No importa dónde estuviera David o cuál fuera la ocasión, produjo en él un deseo de expresar poéticamente el efecto de su contemplación sobre su corazón. No dejó pasar el momento de reconocer la grandeza de Dios y después de escribir sus pensamientos, las mandó al músico principal para preparar el acompañamiento. ¿Ha tenido Ud. una experiencia similar cuando su alma se maravilló al contemplar lo que Dios ha hecho en la creación?

“Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” Salmo 19:1. Contemplar la creación que nos rodea requiere el uso de los ojos, y también los “oídos del alma”. Los cielos cuentan y el firmamento anuncia. ¿Estamos escuchando? ¿Cuál podría ser el mensaje que comunican? “Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría” v.2. Sea de día o de noche cuando contemplamos los cielos, Dios declara la gloria de su sabiduría superior. No es necesario aprender un idioma para percibir el mensaje, ni aún agudizar el oído para detectar la voz. El mensaje es para todos los pueblos en todo el mundo: “No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras” vv.3-4.

Dios permite un tiempo en cada 24 horas cuando no haya luz, pero luego sale el sol. Así nos invita a apreciar el cielo salpicado de lucecitas, y después el mundo alrededor es bañado por los rayos solares. El mensaje que Dios quiere comunicar es variado. Las estrellas en sus órbitas, de las cuales todavía no tienen un número exacto. Los millones hablan de su control y poder. Dios ha dejado la estampa de su grandeza y majestad en todo. Dios es constante y puntual, y nunca falla. Se ve en la salida del sol precisamente en el segundo previsto todos los días. Dios está ahí cuando pasamos por la noche de adversidad y aflicción y cuando el sol de prosperidad nos rodea. Escuchemos a Dios hablarnos y reconozcamos cuán bendito es Él. Con todo, se preocupa de cada uno de nosotros en forma particular y provee salvación gratuita a través del Señor Jesús. ¿Cómo podemos responder? El verso 14 indica: “sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” –David A. Jones

Lectura Diaria:
2 Cronicas 20 [leer]
/Ezequiel 39 [leer]
/Juan 16:16-33 [leer]