La doctrina de la Trinidad, piedra fundamental de la fe cristiana no es fácil de explicar. Es una verdad para ser creída. Sin embargo, las evidencias espirituales de las obras del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo son realidades en la vida de los que somos hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jesús.

 

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” Juan 4:24

 

Dios es un ser espiritual, es decir, es invisible al ojo humano. No tiene limitación de ninguna forma, (material – temporal – espacial). Dios no tiene cuerpo físico. Dios se comunica con el ser humano en el nivel del espíritu. Ya que el ser humano es básicamente un ser físico que posee un espíritu, Dios se adapta a esta condición, con el fin de que el hombre le conozca espiritualmente. Juan 1:18 dice “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”. ¿Ha permitido que el Señor Jesús revelara a Dios a su corazón?

 

La Biblia revela que Dios es una Trinidad de Personas. Son indivisibles en su relación entre sí, pero son distinguibles en cuanto a su existencia separada y las actividades que desarrollan. Cada una de las tres personas de la Trinidad está consciente de su independencia personal, y al mismo tiempo de su relación y responsabilidad para con las otras dos. Para ayudar a nuestro entendimiento, y para la realización de la mente divina, El Hijo es presentado a veces como subordinado al Padre. Por ejemplo, en Lucas 22:12, antes que muriera Jesús, dijo “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estuvieron en perfecta armonía.

 

El Espíritu Santo es señalado como la persona a quien el Padre y el Hijo iban a enviar a la tierra. Las Tres Personas de la Divinidad ejercen funciones distintas y en esferas o ámbitos distintos, aunque las tres son omnipresentes. Todas estas funciones  están  dirigidas hacia  un  sólo y mismo propósito — la realización de la voluntad de Dios en el universo. La voluntad de Dios es revelada en las referencias que dejan ver que es lo que Él quiere. Por ejemplo, “El Señor no retarda su promesa (de venir otra vez)… sino que es  paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 de Pedro 3:9). Gracias a Dios por su deseo de ver a todos salvados y el Trino Dios ejerce paciencia esperando que los pecadores se arrepientan. ¿Es posible que Dios le esté esperando a Ud.? –daj

Lectura Diaria:
Rut 3-4 [leer]
/Isaías 43-44:5 [leer]
/2 Corintios 3-4:6 [leer]