Recibir y entender una comunicación de parte de Dios es un privilegio. Abraham lo supo apreciar. Dios nos comunica sus verdades a través de su Palabra. ¿Ponemos atención a los que dice?
“Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?” Génesis 18:17-18

En varios pasajes del Antiguo Testamento, se destaca que Dios bendijo a su pueblo. Lo hizo tanto en forma colectiva como en forma particular. Los fieles fueron bendecidos por el Dios de toda gracia. En Génesis 18, Jehová visitó a Abraham luego después que todos los varones habían sido circuncidados. (Génesis 17:27). Abraham lo hizo en obediencia a la voluntad de Dios y la circuncisión practicada en los varones les dejaba con una marca distintiva en su cuerpo. “Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él (Abraham) sentado a la puerta de su tienda en el calor del día” (Génesis 18:1). Sin que Abraham se diera cuenta en el momento, ese día debiera ser marcado en su calendario como un día especial. Jehová llegó para participar a su siervo los secretos relativos a su futuro. Iba a hablar de su familia y de su pariente Lot. Iba a mencionar la gran bendición de tener un hijo y la maldición sobre Sodoma y Gomorra por su grave pecado.

Abraham se apresuró para atender a las tres visitas, reconociendo el gran privilegio que le tocaba recibir a su Señor. Con humildad, deseaba atenderle con esmero. “Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo” (Génesis 18:3). Su petición de honrar a Dios fue aceptada, pues “ellos dijeron: Haz así como has dicho” v.5. Al término de comer, Dios preguntó por Sara su esposa, quien escuchaba desde la tienda que después de tantos años de esterilidad, ¡iba a ser madre! Luego Dios habló del juicio que se cernía sobre Sodoma y Gomorra. El juicio iba a terminar con estas ciudades pecaminosas. Sin embargo, referente a Abraham mismo, iba a haber bendición que afectaría el mundo entero en forma permanente. Al final de la experiencia, “Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar” (v.33). Con los secretos ya conocidos, Abraham volvió a vivir con fe para la gloria de Dios.

En la vida de los cristianos hoy, se presentan oportunidades para recibir una comunicación de parte de Dios por medio de su palabra pero ¿cuántos están tan ocupados que no toman tiempo para “atender” al Señor? Hay otros que no se humillan para someterse a la voluntad de Dios. Se privan de obtener un conocimiento que Dios quiere revelar. Aquí está el punto de partida: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra” (Salmo 46:10). –David A. Jones

 

Lectura Diaria:
Levítico 11:1-47 [leer]
/Salmos 113:1-115:18[leer]
/Marcos 2:23-3:12 [leer]