En Mateo 24 y 25 existen pasajes que han sido frecuentemente incorrectamente comprendidos y aplicados. Continuemos viendo acerca de esto.

“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?” Mateo 25:37

Venido el Cristo, el hombre puede ser salvo sólo por la fe en Él, ya sea en esta dispensación, en la tribulación, o en el milenio, aunque con diferentes perspectivas y consecuencias. En el tiempo actual, el que cree en el Señor Jesucristo es salvo, no vendrá a condenación, ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24). En la tribulación, también habrá creyentes en Cristo, quienes “han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7:14), pero por su fe son perseguidos y muertos por el orden mundial dominado por Satanás, como vimos antes. Jesús dice de los seres humanos: “Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo” (Mateo 24:22), refiriéndose a que nadie quedaría con vida hasta su venida en gloria. Por lo tanto, “el que persevere hasta el fin, conservará la vida”. Este es el sentido del pasaje según las mismas palabras de Jesús, pues está hablando del “fin del siglo”.

Muchos hay que habiendo escuchado un Evangelio deficiente en su presentación, creen que deben perseverar para ser salvos. Tratan y sufren por cumplir con un estilo de vida cristiana irreprochable, con el riesgo cierto de caer del estado de gracia y perder la salvación por dejarse estar y no cumplir con sus autoexigencias. Al fin y al cabo, no son nada más que religiosos que dicen creer en la Biblia, aunque probablemente son individuos honestos y deseosos de agradar a Dios. Nada más lejos de la realidad que perseverar para ganar la salvación. Hechos 16:31 nos enseña que para ser salvo hay que creer. El intérprete de la ley preguntó “¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”. El joven rico preguntó: “¿Qué haré para heredar la vida eterna?” (Marcos 10:17). No es por hacer, sino por creer. Jesús habla del “fin del siglo” en Mateo 13, y los discípulos preguntan en Mateo 23 por “el fin del siglo”. Todo lo que Jesús enseña en cuanto a persecuciones, uno que es tomado y el otro dejado, una que es tomada y otra dejada, uno que persevera hasta el fin, se refiere al tiempo de “la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero” (Apocalipsis 3:10), y al destino dispar que sufrirán los seres humanos que, o bien obedecen a la bestia y al falso profeta sometiéndose a su orden, o deciden seguir al Dios verdadero y a Cristo con riesgo de sus vidas.

Conservar la vida y estar presente para recibir al Rey que viene será el premio de quienes opten por la obediencia a Dios y manifiesten favor hacia su pueblo terrenal (la nación de Israel) en el tiempo de la gran tribulación. Entrarán al milenio como súbditos del Rey (Mateo 25:34-40):

“Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”

El favor hacia Israel será una prueba de obediencia y fe en Dios para quien viva en este tiempo de dolor y angustia sin comparación. Nada tiene, entonces, que ver con la ayuda a los pobres, con la solidaridad, con el amor genérico al prójimo. “Escudriñad las escrituras” (Juan 6:35) ordenó el Señor. Aprendamos de su Palabra y confiemos en Cristo como nuestro salvador. –rc

(Continúa)

Lectura Diaria:
Josué 11-12 [leer]
/Isaías 8:5-9:7 [leer]
/Lucas 24:13-35 [leer]