Hoy no hay paz en la tierra. Sabemos, vemos y oímos de conflictos armados por doquier, pero en el Reino milenial de Cristo habrá paz en la tierra. Sigamos considerando acerca de este tiempo futuro.

“[Él] hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra” Salmo 46:9

Según Isaías2:4 no habrá necesidad de ejércitos ni marina de guerra durante la era del Reino. Las guerras serán asunto del pasado, porque el Príncipe de paz (Isaías 9:6) estará en el trono.

Además, la verdad acerca de Dios será enseñada a todos los hombres. Hoy existen cientos de religiones en el mundo. Todos los hombres tienen distintas ideas acerca de quién y cómo es Dios. Las cosas serán muy diferentes en la edad del Reino pues los seres humanos recibirán una instrucción perfecta. El Señor Mismo estará gobernando en la tierra y enseñando a los hombres la verdad acerca de Dios: “Y vendrán muchos pueblos, y dirán:Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos” (Isaías 2:3). Ninguna religión falsa será permitida y solamente será enseñada la verdad. Todos deberán adorar al Rey. Ya no serán necesarios misioneros ni enseñadores que le digan a la gente que necesitan conocer al Señor: “Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová“ (Jeremías 31:34). Todo el mundo conocerá al Señor (Isaías 11:9).

Otra característica del Reino es que Satanás no andará por los alrededores causando problemas ni engañando ni tentando. En Apocalipsis leemos que la edad del reino durará mil años, y que al principio de este período Satanás es encadenado (Apocalipsis 20:1-3). El diablo será puesto en “prisión” durante todo el milenio. Desde los días de Adán y Eva, Satanás ha estado causando muerte, disturbios y dolor en la tierra, pero durante la era del Reino ya no tendrá influencia sobre este mundo. Ya no será necesario velar porque no andará el diablo como eón rugiente listo para devorar (1 Pedro 5:8).

Otra característica maravillosa e increñible ahora es que la tierra desierta florecerá (Isaias 32:15. Leer también hasta el versículo 20). Se describe también ésta nueva condición en Isaías 35:1-2: “Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro”. Para que un desierto brote y florezca se necesita mucha agua. ¿Proveerá Dios agua en abundancia para los desiertos? Por supuesto que sí: “aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos” (Isaías 35:6-7). ¡Qué era más distinta y añorada! –rc

(Continúa)

 

Lectura Diaria:
Jueces 5:1-31 [leer]
/Isaías 26:1-21 [leer]
/1 Corintios 5:1-13 [leer]